Si la lectura de la primera novela, "Carter", expandía el relato cinematográfico, pues a nosotros llegó primero este, ahora con "La Ley de Carter" situamos años antes al personaje de Jack Carter. Ahora se encuentra en la encrucijada de ayudar a sus superiores en el clan londinense de los Fletcher frente a las amenazas de un soplón y un mediático policía que los quiere hundir a toda costa. Carter recorre tugurios, mansiones, alcobas y nos muestra un escenario donde la confianza es un valor a la baja.
Ted Lewis cumple con los códigos de la narración negra con un estilo vertiginoso, con descripciones secas de espacios y personajes, sin dejar a un lado cierto humor socarrón, dotando a su protagonista de un carisma, que pese a mostrarnos a este buscavidas como un tipo violento, tiene un soterrado sentido moral que provoca empatía.
El noir británico tiene uno de sus mejores representaciones en esta trilogía de novelas de la que espero pronto Saijín editores rescate la tercera, es puro divertimento poner en nuestra imaginación a Jack Carter el rostro y el acento cockney de Michael Caine.
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