El tránsito de un año a otro tiene lugar en la Noche de San Silvestre. Y se repiten los ritos y las tradiciones en cada país o ciudad. Los neoyorquinos se acercan a la Plaza de Times Square para ver bajar la bola de la torre que en el último minuto marcará el comienzo del año, los londinenses reciben al nuevo año en Trafalgar Square, los parisinos en Les Champs Élisées con el fondo del Arco de Triunfo, los madrileños y el resto de los españoles, despedimos al año viejo y damos la bienvenida al nuevo con el tañer de las campanas del reloj de la Puerta del Sol.
Noche de fin de año, es el titulo de una película dirigida por Garry Marshall e interpretada por Michelle Pfeiffer y Robert de Niro, cuya trama final se desarrolla en Times Square, con ese momento culmen de ver bajar la bola. Y como los fotogramas de una película en esa noche de fin año hacemos balance del tiempo pasado y propósitos para el nuevo año. Es una noche en la que hay que divertirse pase lo que pase. Muchos la recordarán como un "peñazo", con el clásico "matasuegras" en los labios de un personaje que te quiere hacer participe de su alegría y te incomoda, el que derrama sobre tu traje o el de tu pareja una copa de cava, o te puede ocurrir que las expectativas de diversión se vean truncadas porque se ha duplicado el número de asistentes: imposible dar un paso o bailar. Y has de sonreír.
Esa noche en la que de todo puede ocurrir, hasta enamorarse, te suele ser imposible conversar. Y pobre de ti si comentas que no te diviertes, te dirán que no sabes lo que es vivir. Al final y como fin de fiesta a toda esa diversión impuesta, te puede pasar que en el guardarropa no encuentren tu abrigo o el chal de tu pareja.
¡Me lo pasé genial! Qué vas a decir después de lo que te costó la fiesta ¡ Próspero Año Nuevo, lejos del tío del "matasuegras"!
Por Ricardo Bajo León.