Relatos breves un sábado por la noche de primavera.

En las últimas semanas han abundado las presentaciones de libros y revistas. Unos y otros con mayor o menor éxito, hemos tenido poesía a cargo de David Franco y narrativa de ficción de la mano de Plácido Iranzo con "Emiliio, el loco". Anoche la actriz, afincada en Motril, Marta Sánchez presentó en La Casa de las Palabras su libro de cuentos "Relatos del entorno". Es un género, el del relato corto, que me atrae especialmente como lector. La capacidad de narrar una historia en pocas páginas, me parece de una dificultad máxima y sin embargo cuando se da en el clavo se logra alcanzar unas cotas de intensidad literaria inigualables. Me atrapan esas historias que en Norteamerica ha dado grandes genios del relato breve como Raymond Carver, John Cheever, Richard Ford, Sam Shepard, entre otros que se han llegado a denominar como "pedazos de vida", fragmentos capturados de las relaciones vitales en las que en apariencia parece no suceder nada, pero que subyace una corriente de emociones y de situaciones que agrietean el muro de lo cotidiano.

Los miembros de la Aventura de Escribir han promovido a lo largo de la escritura de relatos cortos en el certamen que este año cumple ya su décima edición (en esta ocasión con el tema: monólogo). Así que cabía esperar una mayor presencia de público en la presentación que realizó Marta. Ojalá fuera una situación puntual, no habitual en el resto de las actividades que programa la Casa de las Palabras, porque sería triste pensar que con el esfuerzo que están realizando Ricardo Sanz, Nekovidal y compañía de una vida cultural alternativa, finalmente Nerja le esté dando la espalda y debamos rendirnos ante la evidencia que lo que interesa es ver partidos de fútbol en una pantalla de plasma cuanto más enorme mejor, sin dar cabida a alternativas. ¿Cultura, pa qué? . será que hoy me ha pillado con el ánimo por los suelos. Dejando de lado estas reflexiones de cultureta renfufuñón, lo que sí es cierto, es que la autora de "Relatos del entorno", hizo un presentación amena, en la que desveló algunos de los resortes que la han impulsado a plasmar sus textos en un libro. Con su experiencia de actriz, leyó fragmentos de cuatros de sus relatos, cada uno en una silla distinta, decoradas y dispuestas con referencias alusivas a cada uno de los cuentos leídos.

La escritora comentó que en gran parte de los textos existe cierta vocación autobiográfica, en ellos se trasladaban experiencias vitales, pero que de ningún modo intentaban ser una especie de confesionario frente al público. Hubo historias de sarcásticas y esperpénticas como la del concejal mediocre de cultura en un pueblo costero, intimistas y desgarradas como la de una anciana a la que poco le queda o las sensaciones que despierta en una mujer el paisaje de un cementerio. También hay espacio para la melancolía de un pueblerino al que sin darse cuenta se convierte en un extraño en su propio entorno. Así Marta nos hizo disfrutar de un encuentro casi en familia sobre las historias breves, que en no demasiadas palabras, líneas y párrafos contienen mil y una lecturas e interpetaciones.