domingo, 3 de marzo de 2013

Mirando a las musarañas (112) - Contraste.

 La inexistencia de tonos intermedios hace que resalte más lo claro que lo oscuro. Es lo que a veces ocurre cuando manipulamos sin acierto los mandos de la televisión. Me voy a referir al contraste, que encuentro en la televisión, concretamente, en el vestuario de las presentadoras, pues son ellas las que que me llevan a lo del contraste. La presentadora del programa aparece en pleno mes de enero, cuando más aprietan los fríos, con un vestuario más propio del verano que no de la estación en que nos encontramos.


En el estudio con el calor de los focos es posible que no sienta frío. Pero la imagen que se da no es la mas acorde. Cuando el reportero  que cubre la noticia de una nevada en Guadarrama o en cualquier localidad donde se haya producido ese fenómeno atmosférico aparece  abrigado hasta las trancas y no puede balbucear palabra por el frío que esta pasando y desde el estudio con vestido de tirantes y sandalias,  la presentadora le pregunta por el tiempo. Los telespectadores nos quedamos atónitos, no por la inexistencia de tonos intermedios, sino por la diferencia en el vestir de uno y otro.


Una imagen vale más que mil palabras, y en este caso no hace falta repetirlo ¿Qué ropa se pondrán cuando lleguen los calores del verano? Viviremos otro contraste pero a la inversa, aire acondicionado en el estudio y mucho calor en la calle. Mientras el contraste sea en la vestimenta y no en el televisor ¡Qué más me da!

Por Ricardo Bajo León.

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