¿Qué constantes marcan las fronteras de la Ciencia Ficción?¿El uso de la tecnología visionaria?¿Imaginar el futuro?¿Relacionarnos con extraterrestres? Estos límites se superan en muchas ocasiones dentro de la narrativa de la Ciencia Ficción para servir como simple envoltorio de preguntas filosóficas sobre nuestra naturaleza humana. O por contra hay quien busca excusas intelectuales para quitarse de encima complejos que la "Alta Cultura" endosa a la literatura de género. En la faja promocional de la colección de relatos "Exhalación" se lanza el siguiente lema: "para lectores que no les gusta la Ciencia Ficción". Y lees los relatos de Ted Chiang y se pregunta uno qué de distinto se puede encontrar en ellos a los que hemos disfrutado cen las paginas de Isaac Asimov, Philip K. Dick o Ray Bradbury entre otros.
Dentro de los nueve relatos recogidos en "Exhalación" hay más preguntas que respuestas. Paradojas espacios temporales al modo de los cuentos de las mil y una noches; la memoria y los recuerdos que se modifican; aplicaciones que nos abren las puertas a realidades paralelas con imprevistas consecuencias y posibilidades empresariales; ¿hasta qué punto seríamos responsables morales del uso de unos robots?; los efectos de la paternidad delegada en inteligencias artificiales; la búsqueda del sentido de la vida futura, pasada y siempre presente. ¿Esto último no es acaso el fin de la literatura y, por ende, de la creación artística?¿No es lo que nos eleva, hasta ahora, con todas sus consecuencias en el fango de este planeta?