Disfrutando de nuestro jubilo, muchos son los días que volvemos al banco para sentarnos a ver pasar el tiempo, contemplar el ir y venir de las olas en los paseos marítimos que circundan nuestra bahía, o a arreglar el mundo, en una conversación, ya sea con un amigo o con un desconocido.
Es una paradoja para los que durante tanto tiempo hemos ejercido de bancarios, el ir y venir al Banco era nuestro menester. Ahora volvemos y buscamos otro banco más lúdico en el que reavivar nuestros recuerdos. Somos muchos, bancarios y no bancarios, los que encontramos en ese banco una huida de la soledad y de la ausencia de contacto humano que tanto echamos de menos quienes hemos ejercido nuestro trabajo cara al público.
Somos afortunados en estos tiempos en los que tantos han perdido su trabajo y no pueden volver al duro banco con el que ganarse el sustento y ni tan siquiera a ese banco lúdico, en el que muchos alejan su soledad.
Que vuelvan al duro banco del trabajo, lo más pronto posible.
2 comentarios:
Este es mi banco favorito de toda Nerja, aunque lo siento de otra manera. Yo huyo a este banco cuando busco la soledad, la calma, la inspiración... normalmente busco la soledad para poder encontrarme conmigo mismo un rato.
Hay dos soledades, la que nos impone los avatares de la vida y la soledad deseada. Ésta segunda no siempre se consigue, casi siempre habrá algo o alguien que interrumpa tu soledad deseada
Publicar un comentario