En Málaga se pone de manifiesto una vez más aquello de "entre unos y otros y la casa sin barrer". Y todo a cuento del metro. Ni la Junta ni el Ayuntamiento se ponen de acuerdo, llevan desde el inicio de esta gran obra dando palos de ciego sin llegar a un punto en la conveniencia de que el metro en algunos tramos vaya por superficie. Cuando parecía que todo iba bien con su retraso, entran en acción otros invitados y ya sí que no hay solución. La Consejera de Fomento, Elena Cortés, quizás previendo su poca duración en el cargo, quiere, sea como sea, salir en la foto y hay que hacer el metro no subterráneo y sí por superficie, en cuyo caso ya no sería un metro sino un tranvía. Los que peinamos canas conocimos el tranvía en Málaga, con su aire romántico, propio para aquellos años en los que el tráfico no es el de hoy y se optó por su desmantelamiento y la creación de lineas de autobuses que sustituyeron al tranvía y a su jardinera en el verano.
Ahora que el tráfico es el problema de las grandes ciudades y se trata de descongestionar las calles con la invitación a los ciudadanos a utilizar el transporte público, se empeñan quienes sin conocimiento de las infraestructuras de la ciudad, sus calles estrechas sin espacio para que otro intruso como el tranvía, venga a poner más inconvenientes en las calles de Málaga. Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en casa ajena. Desde Sevilla se quiere imponer al Ayuntamiento de Málaga la solución del metro -tranvía- por superficie. Sabido es por quienes hayan ido a Sevilla el serio inconveniente del metro en superficie. En Jaén se han abierto unas "heridas" en el centro de la ciudad para nada, ya que es inviable su puesta en marcha. Cerca tenemos otro ejemplo en Vélez Málaga, una inversión inútil y todo por el empeño de los dirigentes, que piensan más en ellos que en el bien general.
Todos entendemos que el costo subterráneo es mucho mayor que por superficie, pero si no se puede ahora por la crisis hacer el metro soterrado, esperemos a tiempos mejores. Ahora no es una obra necesaria, ya que con un reforzamiento del número de autobuses y la creación de lineas nuevas, está todo solucionado con un costo mucho menor. Muchos malagueños disfrutamos de la prolongación de dos líneas de autobuses que unen el Palo con la Universidad y Puerta Blanca, que ha venido a paliar un viejo sueño de unir las playas de Huelin y el Palo sin trasbordo.
Y cuando los políticos discrepan y no llegan ha acuerdos, nadie consulta al pueblo soberano, que algo tendrá que decir en una obra que le afecta directamente. Habría que decirle a la Consejera parafraseando la famosa canción de que Málaga quiere metro pero no tranvía.
Por Ricardo Bajo León.