Gracias al ciclo de encuentros "Termicómic" organizado por la Térmica de Málaga los aficionados al cómic tenemos la oportunidad de conocer de primera mano a algunos de los artistas que están publicando en la actualidad trabajos muy interesantes. De la mano del gestor cultural Borja Crespo y en conversación animada con el autor invitado recorremos su obra. Nos explican cómo es su proceso creativo, sus referencias, las relaciones con la industria del noveno arte, la colaboración con otros artistas y cómo surgen los proyectos. En formato de gran cercanía el dibujante y guionista murciano, José Luis Munuera, surgido de la cantera de la Facultad de Bellas Artes de Granada, nos descubrió muchas de las claves de su trabajo.
Apenas recién salido de la facultad Munuera se plantó con su portfolio en el festival europeo del cómic más importante, el de Angouleme, y allí le sonrió las suerte de quien la busca. Conoció a uno de los totems acutales de la "Bande Dessinée", Joann Sfar, y juntos crearon dos álbums de "Los Potamoks". En ese periodo entró con contacto con el mundo de la animación para la versión en cómic de la película "La Ruta hacia El Dorado", lo que supuso una señalada influencia estilística. Siguió trabajando en el mercado francófono con publicaciones como "Merlín" y "Navis". Además de insistir en el factor suerte a lo largo de su carrera profesional estableció tres características esenciales para que un artista pueda sobrevivir en la industria del cómic, si se dan por pares: talento, puntualidad en las entregas y ser una persona agradable en el trabajo en equipo.
El gran salto profesional lo da cuando recibe una llamada de una editorial que le ofrece un proyecto. Munuera lo acepta sin vacilar, pero desconociendo que se trataba de recuperar a un personaje emblemático de la historieta francobelga, Spirou. Junto a los guionistas Morvan y Yann realizan tres álbums con el que se quiere acercar las aventuras de este personaje a nuevos lectores. Se editan centenares de miles de ejemplares y tienen que hacer frente a las críticas de los seguidores puristas, que les acusan de estar demasiado influenciados por el manga. Pese a ello logran un gran éxito y su nombre se convierte en referencia paras editoriales europeas. En España trabaja con dos guionistas amigos, Enrique Bonet y Juan Díaz Canales, con los que experimenta otro tipos de narraciones y universos. Con el primero dibuja "El juego de la luna" y con el segundo, bajo la premisa de contar una historia de western con monstruos", se encarga del dibujo de "Fraternity".
Como autor total se lanza con una saga de aventuras de piratas con "Los Campbell" con la que continúa ese objetivo de mostrar el espíritu de los cómics que le fascinaron en su infancia y adolescencia cuando a cambio de ayudar al quiosquero cargando los bultos de prensa y revistas, este le dejaba leer gratis los tebeos que tenía a la venta.
Al público juvenil dedica uan de sus últimas obra, "Zorglub", una serie derivada de Spirou, centrada en el carismático villano de ese nombre. Ahí vuelca su atracción por este tipo de personajes, los malos, que considera con interés especial.
Terminó charlando sobre un ensayo sobre su oficio de dibujante, que como pudimos comprobar los asistentes al encuentro vive con pasión y humildad, sin faltar las necesarias dosis de suerte.