martes, 21 de diciembre de 2021

Relatos de los días intrusos (XXIX) - Vigilante.

"Tú eres nuestra seguridad". Así reza la aplicación “PuebloSeguro”, recibida por varios chats.

La leo por fin sentado en la terraza de la cafetería, con un descafeinado con leche de soja y una rebanada de pan de centeno con aguacate. No falta un nuevo selfie del desayuno rodeado por una docena de mesas vacías. Las habrán colocado por inercia, sin ser conscientes de la Nueva Normalidad. Al otro lado de la plaza un grupo de madres graban a sus niños correteando. Esta escena es a su vez seguida por alguien con un móvil que no identifico tras la mascarilla.

 

 

Las cifras muestran un repunte de la pandemia en esta zona. Crece también la inquietud. Recibo otra avalancha de mensajes para que instale la app. Me regañan por no estar aún suscrito. Desconozco cómo saben que no les hago mucho caso con esta aplicación. Tengo que darme de alta por mi código postal y permitir todo tipo de cookies. Me inquieta registrar las huellas dactilares y escanear mi cara. Se lo comento a quien me exige que participe. Todo sea por facilitar un encuentro que no sea cibersexo.

Me explica que con ella ayudamos a que se siga la disciplina social y lograr datos que nos permitan acceder a la siguiente fase de convivencia para el pueblo con mayor libertad. Cada usuario tiene 0 puntos. La aplicación está patrocinada por asociaciones empresariales  y cuenta con el apoyo de instituciones públicas. Los puntos finales se canjearán por descuentos en compras en establecimientos adscritos y entradas de espectáculos. Se suman puntos con fotografías y vídeos de personas que consideres poco solidarias con el esfuerzo común y que no obedecen a las consignas oficiales de las administraciones. Ese material se cuelga en la pestaña de tu localidad dentro de la web PuebloSeguro.com y se divulgan por sus redes sociales.

Hipnotizado, navego por ella. Algunos comentarios piden que también aparezcan empresas que ponen en riesgo a sus trabajadores. Les responden que esa opción se está estudiando. Incluye clasificaciones con seudónimos de los participantes que más puntos están cosechando y con los perfiles más etiquetados por sus infracciones.

Reconozco a amigos. Mi madre también está etiquetada, pero no identifico su infracción. La llamo. No le cuento el motivo. Está aburrida sin poder salir de casa tantos días. No tiene por qué mentirme. El móvil pestañea. Corto la llamada. Escucho jaleo en la calle. Me asomo. Dos hombres se pelean, rodeados de personas con móviles en sus manos. Saco el mío y grabo toda la escena.

 

Por Ricardo Popbelmondo.