Superviviente, maquiavélico, intrigante, implacable, insondable, Fouché fue protagonista en el "cambio de Orden" a finales del siglo XVIII provocado por la Revolución Francesa. Stefan Zweig trazó en torno a su figura un ensayo biográfico, que ahora el autor de cómic Kim adapta al noveno arte.
Joseph Fouché lo tuvo claro, como lo han tenido quienes se manejan con tremenda soltura y cinismo en las cloacas del Poder: la Información lo es todo. Permite estrategias de ataque y defensa contra los enemigos, establece alianzas de los amigos (siempre a un paso de convertirse en adversarios), herramientas para amasar fortuna y comprar más información, bulos, redes de confidentes. Nada escapa a Fouché en un momento en el que las cabezas rodaban con pasmosa continuidad.Kim fiel a su estilo gráfico nos arrolla con unas viñetas ricas en ambientación histórica, los edificios, calles y vestuarios se muestran con todo detalle, dentro de la ortodoxia de la composición de la página. Sus personajes se mueven por campos de batalla, despachos de conspiradores, plazas abarrotadas esperando la caída constante de la hoja no siempre afilada de la guillotina.
Tras el díptico "El arte de volar/El ala rota" con Antonio Altarriba al guion y "Nieve en los bolsillos" sobre su experiencia personal como emigrante en la Alemania de los años 60, en formato blanco y negro, el color toma protagonismo en tonalidades ocres.
La ingente cantidad de bocadillos nos explican como Fouché sin ningún escrúpulo logró estar al lado del Poder incluso cuando este saltaba de mano en mano, cuando los enemigos se convertían en nuevos aliados. ¿O el Poder siempre necesita a peones como Fouché? Pero el Poder no olvida, no perdona.