Después de la intensa noche vivida en el II Fábrica Rock (ya hablaré en otro día de este festival, pero adelantaré que para mí fue un éxito total), me asomé por la plaza de la Ermita para ver cómo se iniciaba oficialmente la semana santa nerjeña con Domingo de Ramos. Creo recordar que ésta era una fecha de muda, en la que se estrenaba ropa, en la que el blanco y los colores alegres se abrían paso en nuestro vestuario.
Esta mañana se bendecían ramitas de olivo. Todo el mundo quería la suya y que además fuera bendecida. Cerca del mediodía se iniciaba la procesión hasta la Iglesia del Salvador, con su megafonía, los niños próximos a hacer la primera comunión vestidos de hebreos, como representantes de las cofradías portando palmas. No faltaron como en otros años el megáfono y el acordeón (por eso hago mención en Nerja Pop) marcando el ritmo de los cánticos en la procesión.
Tengo ganas de comer unas buenas torrijas (sé que a precio de oro, pero no importa, un día es un día).
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