jueves, 29 de noviembre de 2012

En los libros todos amamos encontrarnos nosotros mismos.


¿Por qué leer? Porque sí, fundamentalmente, pero si hay que extenderse un poquito más en la respuesta: para no pasar por el mundo como si fuésemos la primera persona de la humanidad, para entender al otro, para conocernos a nosotros mismos viéndonos desde fuera. La denominada "literatura de autoayuda" es ahora mismo uno de los géneros más vendidos-leídos en este país. A mí me parece perfecto si no fuera por el propio término "autoayuda", que me chirría hasta hacerme sangre.  Y es que todos los libros existen para ayudarnos. Todo lo que nos vaya a pasar le ha pasado a otro antes. Todo lo que imaginas puede ocurrir antes lo pensó otro por ti.  La grandísima suerte es que hay quienes, en unos unos arranques de generosidad increíbles, van y lo dejan por escrito. ¿Para qué leer? Para no estar sola frente al precipicio. 

Un día, trabajando en la librería, me hicieron una pregunta fascinante: ¿Tiene libros de autoayuda de un autor que se llama Hemingway? Ay, qué subidón. Un libro de autoayuda escrito por un suicida. Qué delicia tan grande. Por supuesto, no era a Hemingway a quien la lectora buscaba, pero eso me hizo pensar que, aunque Hemingway no escribiera nunca un manual de autoayuda al uso  su obra sí es un pilar firme sobre el que apoyarse. Qué es El Viejo y el Mar sino un canto a la lucha, a la necesidad de plantar cara al enemigo aun cuando sabes que la batalla está perdida. Recuerdo terminar de leer El Viejo y el Mar y sentir que era más fuerte y que un genio de la palabra me autorizaba a hablar, a oír, a ver con mi propia voz, mis ojos, mis oídos y a no sentir miedo por ello.


Una novela que es lectura obligatoria para cualquier adolescente insegura es Antichrista, de Amelie Notomb. La adolescencia puede ser la etapa más difícil por la que pase una persona. Es cuando la familia se convierte en el enemigo porque buscas tu propia identidad en el grupo. Es cuando tu cuerpo cambia y se convierte en un desconocido. Y eso es muy desconcertante. Es cuando no sabes quién eres, de dónde vienes y a dónde vas. Es cuando la belleza ejerce su poder más brutal. Y la ausencia de ella puede hacer oscurecer todo lo demás. En Antichrista vamos a conocer a una adolescente que fuimos muchas, que solo era capaz de reflejar la luz proyectada por otros, pero que será capaz de ver y de rechazar la crueldad que a veces existe bajo los más hermosos rostros.
Sin Destino, de Imre Kertész cuenta la historia de año y medio de la vida de un adolescente en distintos campos de concentración nazis. La historia te deja hecha polvo, más cuando sabes que, pese a no se una autobiografía, el autor vivió la experiencia de los campos en sus propias carnes. En este libro existe uno de esos momentos que se te quedan grabados a fuego en el corazón y en la cabeza. Nuestro protagonista decide dejarse morir, tras más de un año sufriendo el horror del hambre, del frío, de los golpes, las humillaciones. Y sabe que si cierra los ojos y duerme, no va a despertar. Y la idea es tan hermosa que se deja arrullar por ella. Pero, ay, algo pasa. Una tontería pasa. Pero es esa casualidad tan humilde, tierna, tan humana, la que hace que no cierre los ojos y que luche por vivir al menos dos horas más. Sin Destino, que ya dije que te deja hecho polvo, también te eleva. Y comprendes que la verdadera felicidad, la chispa que te empuja a luchar y a vivir está en las cosas más pequeñas. Y que no importa sentir, como su protagonista, que no vas a ninguna parte. Porque ahora estás aquí. Y nadie ha visto qué va a pasar mañana.



Por Rita Sánchez.

3 comentarios:

RAMÓN dijo...

Los comentarios, como siempre tan acertados. ¡Enhorabuena!

Antonio dijo...

Que bonitas palabras.
Leer, es de las acciones más bonitas que nos pueden ocurrir. Respecto a Hemingway siempre recordaré al viejo pescador Santiago luchando contra los elementos en la última batalla de su vida. Porque, y ahi puede estar la "autoayuda" si el viejo pescador no hubiese luchado jamás habría podido contar su historia. Gracias Rita.

Raya dijo...

Rita, ¡como se nota que has leido!, y no solo que has leido, sino que ademas, has comprendido la lectura. Conozco gente que ha estudiado y les pasa como cuando nos sacamos el carnet de conducir, que aprendes lo justo para aprobar.
Supongo que eso les pasó a la mayoria de politicos que tenemos ahora.