Con todo el ruido de fondo que vivimos, con todo ese jaleo de acusaciones, insultos, promesas vacuas, de amenazas de involución, de desatención a la cultura en el circo mediático de una campaña electoral casi sin principio ni fin, apetecía sobremanera disfrutar del Día del Libro. Así que entre la asociación Cortos de Vista, la librería Europa y el museo de Nerja nos pusimos en marcha para darle gusto por unas horas a nuestra pasión por la literatura. Y qué bien lo pasamos.
No es habitual que se den todas las condiciones para que la organización de una actividad cultural se lleve a cabo de forma fluida. En esta ocasión hemos tenido suerte, la disponibilidad de fechas sin problema de Justo Navarro y su predisposición entusiasta. Desde hace tiempo queríamos hacerle partícipe en alguna propuesta cultural y la reciente publicación de su último libro, la novela negra "Petit Paris" era la oportunidad perfecta para adentrarnos de su mano en su mundo narrativo y literario. Además contamos con la participación como conductor de la entrevista con José María Matás, que también se involucró encantado, pese a su apretada agenda.
La tarde literaria en el museo de Nerja comenzó con la conferencia que ofreció la escritora, editora y ensayista Laura Freixas con el título de "el poder de la cultura en la igualdad y la desigualdad", organizada por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Nerja. En ella hizo un recorrido por la representación de la mujer en el arte y en los medios de comunicación por parte de la cultura patriarcal. Con imágenes y ejemplos la ponente nos mostró aspectos que en muchas ocasiones se nos escapan y mantienen vigente una situación de desigualdad de la mujer en la sociedad actual. Algunas imágenes de publicidad daban escalofríos. También ofreció visiones de representatividad que abogan por un papel protagonista.
Tras la contundente ponencia de Laura Freixas se abrió el animado diálogo entre Justo Navarro, que esgrimió un finísimo humor, y José María Matás, que con una buena labor de documentación, enriqueció la presentación de la novela "Petit Paris", macguffin de la tarde-noche para conocer la obra del escritor. El espacio escogido para la ocasión fue la sala circular del museo de Nerja, con un coqueto graderío lleno al que se añadieron algunas sillas para disfrutar de la conversación en torno a los libros, la literatura y el papel que desempeñan estos en la vida del autor de "La casa del Padre", "Gran Granada", "Mi vida social", entre otras obras.
En esta ocasión voy a ser egoísta y no voy a contar casi nada de este encuentro. Me guardaré de cómo los detalles autobiográficos se cuelan en la obra del escritor, o los periódicos se convierten en una fuente inagotable para la ficción, o las guerras se presentan espacios idóneos para fabular sobre el mal y la supervivencia. Los versos de un poeta pueden poseer el alma de un lector. Las influencias literarias asumidas y plasmadas de forma socarrona en un diálogo tontorrón. O el agradecimiento a la editora que le dio su primera oportunidad como traductor (casualidades de la vida, esa editora es Laura Freixas). Mejor no contarlo, mejor guardarlo en la memoria bajo llave y cruzar los dedos para que no se pierdan los recuerdos entre las rendijas del olvido. Mejor vivirlo que contarlo. Mejor ser testigo que un simple algoritmo en una red social que clickea un neutral "me gusta". El ambiente final de haber gozado de una velada inolvidable refuerza la idea de que la cultura nos une y nos hace más felices si la vivimos en comunidad. Las sonrisas que se veían entre muchos de los asistentes nos delataron.