El viento de poniente busca arrancar las
cristaleras del balcón. La vibración de los ventanales me desconcentra.
He repetido el mismo párrafo varias veces. A través de los temblorosos
cristales veo flotar un ave solitaria. Al fijarme descubro que está
atada a un cordel. Es una cometa de movimientos caprichosos. Desde una
azotea una niña la maneja bajo las indicaciones de su padre. Pierdo la
noción del tiempo hipnotizado por la escena, hasta que recogen cuerda y
se marchan.
Miro la predicción meteorológica. En los próximos días
soplarán fuertes vientos. Me apetece jugar como aquellas tardes de playa
sin baños por el oleaje. En internet encuentro un tutorial. Con una
camiseta raída del FIB 2002 me confecciono mi propia cometa. Tiene una
cola con las páginas recortadas de un viejo cómic.
La colada se agita
en la azotea. Me anima a volar. En un primer intento no se alza ni un
metro. Tras varios fallos cojo una buena racha de viento. Asciende entre
las antenas. Apenas hay pájaros, solo una gaviota, que pone en
evidencia a mi trapo. No me importa. Tengo espectadores entre los
vecinos. Niños y adultos, asombrados, aplauden desde las ventanas. La
niña que me inspiró repite vuelo. Su padre me saluda divertido. Pero
noto por unos momentos algo raro en mi cometa. Vuela con voluntad
propia, no mecida por las corrientes. Es una sensación momentánea que
achaco a la novedad.
Los días ventosos continúan. En las azoteas se
suman más cometas, algunas rescatadas del baúl de los recuerdos, otras
recién hechas. Qué espectáculo el cielo moteado, esa improvisada bandada
atada a los edificios. De nuevo, esa tensión entre mi cometa y yo. No
obedece al viento ni a mis tirones. Parece que esa camiseta quiere
imitar a la gaviota. La recojo confundido.
Hoy será el último día de
viento. Sobre nuestras cabezas, un collage de puntos en coreografía. Mi
cometa vuela como nunca. Noto en la mano su deseo. Saco un cúter y corto
el cordel. La cometa cae hasta desaparecer entre la línea edificada del
cielo. Esperaré a nuevos días de poniente para construir otra.
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