En estos tiempos en que comienza su andadura la Ley Antitabaco, por otra parte controvertida e hipócrita, son numerosos los que se revelan y quejan por las situaciones que viven para poder seguir satisfaciendo su ingesta de nicotina, al no poder fumar en el interior de recintos cerrados, bares, restaurantes, supermercados, medios de transporte etc... La calle y el estar al aire libre es su único refugio, paradójico cuando es todo lo contrario, calle y aire resuenan a libertad.
Los fumadores a la incomodidad de no poder ejercer su habito donde les plazca, añaden el riesgo de una pulmonía con estos fríos de ahora. Pero dentro de la subjetividad con la que puedo tratar este tema.¿ Qué haremos a los que nos gusta disfrutar de una terraza en una noche de verano? quedarnos en el interior del bar o restaurante, con el calor de esas noches o soportando un siempre mal atemperado aire acondicionado. En uno de sus apartados prohibitivos está el fumar cerca de zonas hospitalarias, parques infantiles y colegios, pero sin embargo, el fumador pasivo puede tener en una terraza por su flanco derecho e izquierdo, por arriba y por debajo, una humareda producida por los fumadores activos. No es una incongruencia, y además siempre las corrientes de aire hacen que el humo vaya para donde no debe de ir, al pasivo cliente de una terraza en una noche de verano.
Cuántos recuerdos para los bancarios de aquella Cámara de Compensación, en la que se intercambiaban documentos de crédito para liquidación de créditos recíprocos, y que hacían valido aquello -de mientras va y viene, vida tiene-. Hoy con la informática todo es más rápido, digo rapidísimo.
Tolerancia y compensación, para activos y pasivos. Me refiero a los fumadores.
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