El Apocalipsis puede tener mil caras, la de un muerto andante ávido de visceras frescas, de un tirano de nombre impronunciable, de una corporación multinacional que realiza experimentos genéticos, cataclismo natural que siempre arrasa a Nueva York en las películas o con un presidente de gobierno con cara de rematado pánfilo. Cada uno tendrá su manera de afrontarlo, unos se tirarán al monte, otros reventarán escaparates para llevarse un televisor último modelo o como nos recomienda la cantante afroamericana Janelle Monáe, bailar hasta el final.
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