No soy un fan del cantante y compositor de Los Enemigos, pero tenía la intuición de que sus letras descarnadas, pero tiernas, con la lucidez del que ha vuelto del otro lado serían perfectas para un momento como este, la "Nueva Normalidad". Socarrón, se congratuló por tener un bolo, tras sonar como intro los acordes de la banda sonora de la película "Encuentros en la Tercera Fase". Empezó su actuación con "Pensando no se llega a na". Y desde ahí un vaivén de emociones que despiertan la sonrisa y te dan un pellizco en las tripas. También hubo momento en su repertorio para interpretar el clásico de su banda "Desde el jergón" y un tema incluido en el último disco, "Bestieza", "El rey pescador". También sonaron "Ole papa", "Mi prima y su pinceles", "Vuelo de volar", "Fractales", "Un guardia civil", entre otros. Casi dos horas de concierto de alto voltaje emocional, pese a que el formato acústico parezca que puede restar pegada. Todo lo contrario, el público se levantó para aplaudir a rabiar su actuación. Puede que fuera el gesto de resistencia en una noche de verano.
martes, 14 de julio de 2020
El retorno del gozo de la música en directo gracias a Josele Santiago.
El verano es tiempo de conciertos y música al aire libre. La pandemia nos está hurtando ese placer infinito de escuchar y ver en directo a músicos y bandas en las cálidas noches. También sirve de excusa para que aquellos políticos con poca sensibilidad hacia el arte y la cultura metan el hachazo inmisericorde reduciendo hasta lo anecdótico y marginal cualquier actividad artística. Afortunadamente hay gestores con capacidad de adaptación para elaborar una programación digna. Aquellos que tengan pasión o necesidad por nutrirse de algo tan unido a nuestra propia naturaleza humana como es la comunicación a través del arte encuentran una luz para disipar las tinieblas. Elixir vital encontramos el pasado viernes en el concierto que ofreció Josele Santiago junto a David Krahe en uno de los programados dentro del ciclo "Conciertos en la Cuarta Fase" organizado por la Fundación Cajagranada.
No soy un fan del cantante y compositor de Los Enemigos, pero tenía la intuición de que sus letras descarnadas, pero tiernas, con la lucidez del que ha vuelto del otro lado serían perfectas para un momento como este, la "Nueva Normalidad". Socarrón, se congratuló por tener un bolo, tras sonar como intro los acordes de la banda sonora de la película "Encuentros en la Tercera Fase". Empezó su actuación con "Pensando no se llega a na". Y desde ahí un vaivén de emociones que despiertan la sonrisa y te dan un pellizco en las tripas. También hubo momento en su repertorio para interpretar el clásico de su banda "Desde el jergón" y un tema incluido en el último disco, "Bestieza", "El rey pescador". También sonaron "Ole papa", "Mi prima y su pinceles", "Vuelo de volar", "Fractales", "Un guardia civil", entre otros. Casi dos horas de concierto de alto voltaje emocional, pese a que el formato acústico parezca que puede restar pegada. Todo lo contrario, el público se levantó para aplaudir a rabiar su actuación. Puede que fuera el gesto de resistencia en una noche de verano.
No soy un fan del cantante y compositor de Los Enemigos, pero tenía la intuición de que sus letras descarnadas, pero tiernas, con la lucidez del que ha vuelto del otro lado serían perfectas para un momento como este, la "Nueva Normalidad". Socarrón, se congratuló por tener un bolo, tras sonar como intro los acordes de la banda sonora de la película "Encuentros en la Tercera Fase". Empezó su actuación con "Pensando no se llega a na". Y desde ahí un vaivén de emociones que despiertan la sonrisa y te dan un pellizco en las tripas. También hubo momento en su repertorio para interpretar el clásico de su banda "Desde el jergón" y un tema incluido en el último disco, "Bestieza", "El rey pescador". También sonaron "Ole papa", "Mi prima y su pinceles", "Vuelo de volar", "Fractales", "Un guardia civil", entre otros. Casi dos horas de concierto de alto voltaje emocional, pese a que el formato acústico parezca que puede restar pegada. Todo lo contrario, el público se levantó para aplaudir a rabiar su actuación. Puede que fuera el gesto de resistencia en una noche de verano.