Con "las cosas que perdimos en el fuego" me quedé enganchado a los relatos de Mariana Enríquez. Ya os lo conté en una anterior Lectura en el rebalaje. Sus cuentos abren una grieta para que se cuelen fantasmas, obsesiones inconfesables, pecados familiares, equilibrios pertubados, lo extraordinario e inquietante en la rutina de vidas grises. Esta colección de relatos nos descubren a la escritora en los inicios de su universo literario. Se nota un estilo más grueso, menos depurado, que en su libro posterior, que sin embargo leí con anterioridad. Sirve como flashback de cómo una autora va fijando los pilares de su narrativa, situaciones sobrenaturales abiertas a las preguntas del lector. El terror está ahí fuera, no solo en los espacios que la historia de la literatura nos ha planteado con leyendas góticas y románticas, sino en edificios en los arrabales, en adolescentes impúdicos, amigos de visita en otro país, a la vuelta de la página nos esperan historias que provocan un escalofrío por reconocible en nuestro entorno. Tras estos dos libros de cuentos la lectura de su última novela "Nuestra parte de noche" promete nuevos gozos con la literatura de terror de Mariana Enríquez.