jueves, 26 de julio de 2007

Martirio, de la Piquer a Billie Holliday, entre estalactitas.


Rectifico. Semanas atrás puse en tela de juicio la programación del 48 Festival de la Cueva de Nerja en cuanto su nivel cualitativo y la relación calidad-precio, pues después de lo presenciado anoche frente a Martirio, su embrujo, su arte mayúsculo, no me queda nada más que realizar una genuflexión de admiración. En el escenario ante el permiso de los señores de las profundidades, como la propia Martirio señaló, se escucharon coplas y fados, tangos y boleros, canciones de siempre como La bien pagá, Ojos verdes y Torre de Arena, entre otras. Pero este repertorio clásico estaba sazonado con el sabor cubano y el feeling jazzístico que aportaban Son de la Frontera y el pianista Jesús Lavilla. Martirio es conocedora del gran legado musical hispanoamericano y lo retoma paladeando cada palabra, degustando cada frase y matizando cada pausa para hacer suyos temas mil veces interpretados y mil veces escuchados. Ella supo transmitir el significado sutil y poderoso de la copla, muchas veces maltratada en su puesta en escena por pantojitas y apretás que parecen no saber "ná de la vía". La mirada oculta tras las icónicas gafas de sol de Martirio se descubrió en "Ojos verdes", gesto de desnudez, de entrega sublime entre la oscuridad de la caverna hacia el público, igualmente entregado. Momentos inolvidables, homenaje a Carlos Cano en la interpretación de María la Portuguesa, que en sus labios sabía a algo nuevo, a experiencia innota. Martirio se mueve por el escenario gustándose, a la manera de las inmortales cantantes de Jazz, no hay barreras, desde la Piquer hasta Billie Holliday, parando un ratito al cobijo de Bola de Nieve. Incluso pasó de puntillas por su último trabajo discográfico, Primavera en New York, grabado en Calle 54, estudio de grabación en New York y ahí también nos habló del amor, de lo gozoso que es querer sin límites. Y dicho todo esto, alguien dijo en la salida, que para cantar "Volver" de esa manera mejor que no hubiera venido, cosas que trae un público que acude sólo por tener entradas gratis, seguramente sus tatatatatatatatarabuelos gritaron "¡Viva las caenas!" Puristas y ortodoxos fundamentalistas del género flamenco que se escapa entre los dedos y gargantas de figuras como Enrique Morente, Martirio, Chano Domínguez y otros más. Que nosotros los veamos por estos lares.





Si esta vez tampoco conseguiste entradas y ya no te queda nada de tus ahorros por culpa de la hipoteca y no las pudiste comprar, aquí te dejo un vídeo con dos canciones.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pasó lo mismo que a Popbelmondo: critiqué el cartel del festival antes de ir. Craso error, porque disfruté como una loca en el concierto de Martirio. Se me saltaron dos lágrimas como dos puños cuando cantó Ojos Verdes, y llegué al éxtasis con La Bien Pagá. Qúé dulzura, qué interpretación sentida, qué manera de paladear cada palabra de cada canción. Un lujo total. Y los palmeros que llevaba demustran que la caja, en muchos casos, es una horterada absolutamente innecesaria. Esa noche va a ser un recuerdo imborrable para mí.