Ha sido en el agua donde España ha dado todo, todo lo que puede dar un pueblo peninsular, con dos archipiélagos y asomándose al mar desde la otra orilla. Y esto que vivimos de espaldas al mar, aunque lo tengamos tan cerca. El mayor número de medallas se ha conseguido en deportes en el que el contacto con el agua ha sido la base para el éxito. Muchas más medallas conseguirían otros países con ese campo de entrenamiento que es el mar, mares bravíos y en calma que nos circundan, y fuertes vientos en todas las épocas del año. Muchos clubes marítimos a todo lo largo de nuestras costas, pero pocos clubes deportivos dentro de esos club sociales.
Dos frases, con los pies en el suelo y la cabeza fría, son con las que las Federaciones deportivas deberían afrontar el futuro de nuestro deporte, más cuando nos enteramos del despilfarro de dinero en actuaciones que no nos llevan a nada. Empleen el esfuerzo y el dinero en becas y ojear a los futuros deportistas con un seguimiento en colegios y asociaciones, que el plan ADO, que nos llevó a lo más alto del podio en Barcelona 92. Que este plan continue con mayor esfuerzo y presupuesto para alcanzar grandes éxitos deportivos que dan prestigio y categoría a un país.
No sólo en el tartan, en el tatami, en el ring, en las pistas de baloncesto y balonmano y en todos los espacios en los que se celebran acontecimientos deportivos debemos tener los pies en el suelo, sino en lo cotidiano de nuestras vidas para metafóricamente tener el ánimo dispuesto para el esfuerzo y la competición.
En un país en el que tradicionalmente era escasa la participación femenina en el deporte, las mujeres han dando un claro ejemplo de su avance en todas las disciplinas deportivas, no ya en el número de participantes, sino en el de la consecución del mayor número de medallas en unos Juegos Olímpicos. Con la cabeza fría tomemos decisiones que nos lleven a grandes éxitos deportivos, y fomentemos el amor por los deportes minoritarios que en silencio, con esfuerzo y sacrificio, nos han dado grandes satisfacciones en los pasados Juegos.
¡Con los pies en el suelo y la cabeza fría, nos espera Río de Janeiro! Será otro tiempo para el éxito o para la mediocridad o el fracaso.
Por Ricardo Bajo León.
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