El número cien es el número natural que sigue al noventa y nueve y precede al ciento uno. Este número redondo, marca la temperatura en grados centígrados a la cual hierve el agua, es el número de años de un siglo, en matemáticas es la suma de los nueve primeros números primos, es el cuadrado de 10 y es la fundación del sistema de porcentajes, coloquialmente se dice "cientos" para expresar abundancia. Está presente en el refranero "Más vale pájaro en mano que ciento volando". Hubo una guerra entre los reinos de Francia e Inglaterra que duró cien años, "La guerra de los cien años". Existen los "Cien principales" en las preferencias musicales entre los oyentes de una emisora de radio, y son cien los días de confianza que se le concede al Gobierno para demostrar lo que será capaz de desarrollar en el resto de la legislatura. Y para mí fue el número de relatos que mentalmente me comprometía a escribir.
Los números son los que son y empecé a asomarme a este blog cuando las fiestas de Navidad y Año Nuevo nos dejaban, y ahora llego a ese número cien en lo ordinal, como en el título de éste Mirando a las musarañas en los albores de un nuevo tiempo de Navidad, por lo tanto de alegría y esperanza, con el lastre de la dichosa crisis, pero con la fuerza y el empuje de que entre todos encontraremos el camino de la recuperación económica.
Cien relatos o ensayos dan para mucho, para equivocarse, para acertar y para la duda. Me he valido de los recuerdos de mi niñez, de anécdotas vividas en primera persona o trasmitidas oralmente o por escrito por otras personas. Me he acercado a la actualidad con una visión subjetiva y jocosa, he escrito sobre lo que he leído, en definitiva, ha servido para alejarme del bricolaje, que tanto detesto y de la "ruta del colesterol".
No sé si soy leído, pues tampoco sé si existe un control sobre el número de lectores de Mirando a las musarañas, o quizás sí. Personalmente cuantitativamente he quedado satisfecho al llegar al número cien de los relatos, cualitatitavente serán otros los que opinen. Ahora es tiempo de reflexión de si parar o seguir asomándome a esta "ventana".
Por lo que pueda pasar, dejo un postigo entreabierto de esta "mágica ventana". Pase lo que pase, seguiré Mirando a las musarañas.
Por Ricardo Bajo León.
3 comentarios:
No tenga dudas de que es "leído", personalmente no me pierdo una de sus entradas en el blog. Quizá soy acérrima de lo real, de las anécdotas, de las vivencias......las disfruto y según cuáles, las imagino y visualizo, algunas de las historias son divertidas y otras, hacen que nuestras neuronas trabajen y busquen en los rincones de nuestra sensibilidad, las emociones.
Al final, lo real y lo imaginario van unidos de la mano, y todo ello ha sido reflejado, conformando cuantitativamente cien entradas, indudablemente cualitativas.
Estaré esperando, esas próximas cien entradas!
Feliz Navidad, D. Ricardo!
Felicidades, querido cuñao.... No todo es bricolage y rutas del colesterol (yo ambas las practico)... pero personas como tu (tururu) con necesarias en nuestra vida para saborear el sentido de las palabras (toma ya como me ha salio).
Gracias y que cumplas (como mínimo) CIEN MAS. Javier G.
Anonadada me has dejado!Enhorabuena tito! te felicito por lo bien que escribes y te animo para que sigas haciendolo. Ya tienes otra seguidora!
SaraG ;)
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