domingo, 26 de mayo de 2013

Mirando a las musarañas (124) - Pero...


Nerja, al igual que los vecinos al celebrar el día de las cruces ponen un pero al pie de la Cruz, para defenderse de cualquier critica debería de poner un gran "pero" junto al monumento al rapto de Europa, como amuleto.

Muchas son las ciudades del mundo que defienden su centro histórico de la polución y de la incomodidad del tráfico rodado peatonalizando  sus calles para el disfrute y la tranquilidad de quienes viven y se acercan a visitar un paisaje urbano que, en muchas ocasiones, es Patrimonio de la Humanidad. Muchas ciudades y pueblos de España han tomado esa determinación  para preservar o mostrar esos espacios únicos. Nerja no ha sido ajena a esa sensibilidad y de un tiempo a esta parte son muchas las calles y lugares en los que ha desaparecido el tráfico rodado y el aparcamiento de vehículos, con el consiguiente beneficio para todos los vecinos.

Pero han desnudado un santo para vestir a otro. Efectivamente, el tráfico rodado ha desaparecido y sin embargo otros invasores han llenado la calle de tenderetes, con ropa y cientos de artículos que nos impiden el paso. Se nos presentan como un gran escaparate callejero, cuando no en un gran salón comedor con tantas mesas y sillas que debemos ir sorteando, cual si se tratará de una gincana.


Para ver eso tenemos al otro lado de la orilla a Marruecos. Nosotros no somos, ni creo que los comerciantes lo consideren así, un zoco. Nuestro comercio es diferente. No hace falta ocupar la calle para vender y las terrazas de los bares y restaurantes deben de respetar el espacio que tienen asignado. En pleno Julio y Agosto es una odisea pasear por Nerja. Puerta del Mar, un bonito rincón, puerta de entrada al Balcón de Europa, y "termómetro" medidor del número de visitantes, con su bulla y exposición de toda clase de objetos colgando de las paredes de los establecimientos, le hacen perder su encanto y lo convierten en un espacio agobiante. 

Calle Málaga no es ajena a todo lo comentado, calle que ha ganado enteros con el cierre del tráfico en la Calle El Barrio. Pero a su entrada a mano derecha tenemos una casa típica con su balcón y ventana, que durante mucho tiempo ha estado en estado de abandono y cuyo último inquilino fue una señora inglesa, pareja del  padre de William Hurt, actor norteamericano que a mediados de los años setenta se paseó por las calles de Nerja. En ella se ha cometido una aberración arquitectónica  sólo imputable a quién haya dado el permiso para poner un gran ventanal o escaparate en aluminio plateado en su fachada.

Si hay una calle con sabor y solera que se ha acrecentado sin el paso de vehículos,  esa es Hernando de Carabeo. Pero, ¿cómo se ha permitido elevar la altura de un edificio de apartamentos sobre todas las casas de la calle? Hiere a la vista y a todos los sentidos ese gran muro medianero.

¡Me encanta Nerja! Pero...

Por Ricardo Bajo León.

1 comentario:

Julio, un enamorado de Nerja dijo...

Acertado el texto. Somos muchos los que padecemos esa invasión,no sólo en Nerja. Aún reconociendo que hay que vender y aprovechar en esos meses de máxima afluencia. PERO..