lunes, 2 de abril de 2007

Un corto: un pequeño grano de arena

Cuando decidimos crear para compartirlo con los demás, suelen movernos muchas motivaciones: el placer en sí mismo de ser creativos, narrar experiencias propias, hacer pasar un buen rato al vecino, retratar lo que ocurre a nuestro alrededor y ser reivindicativos aportando nuestra propia acción como palanca de cambio. Nuestro amigo, el director mejicano Pablo Olmos Arrayales, así lo entiende. Su ultimísimo corto "El Escondite" responde a esta intención de denuncia y de no quedarse que los brazos cruzados, de luchar contra la indeferencia. Pero que mejor lo explique él a través de un email que me acaba de mandar:

"Hola a tod@s

Les escribo para que vean el cortometraje que he realizado, EL ESCONDITE. Está hecho con fotos digitales (son más de 2000).

Este cortometraje es una metáfora del juego el escondite (escondidillas en México) y la situación actual respecto al problema de los niños frente al hambre. Cada año el hambre mata a 12 millones de niños alrededor del mundo. Es un problema que está "escondido" de los grandes temas de los medios masivos de comunicación. Quizá nosotros, la sociedad, seamos ese último participante capaz de rescartar a estos niños de su miseria y su eminente desenlace a la muerte.

La intención es que ustedes lo vean y a su vez lo pasen a sus contactos ¿para qué? para que la gente no se olvide de estos problemas (¿alguien sigue preocupado por la tragedia del tsunami?) y se exiga a las autoridades hacer algo al respecto. Al parecer, si el tema no está de moda en la televisión, deja de ser un problema que nos atañe. Uno de los inconvenientes de vivir en una sociedad tan fugazmente informativa. Todos podemos hacer algo, aportar, ayudar, denunciar, de cualquier forma pero acabar con la indiferencia hacia los otros, hacia los más desprotegidos.

Yo como creador audiovisual he escogido ese medio para poner un pequeño grano de arena, que cada quien busque en sus posibilidades la manera de ayudar. Les agradezco su tiempo y les deseo mucha suerte en todos sus proyectos

-Pablo".

No puedo estar más de acuerdo con él y su cortometraje bien merece la pena.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Nada ñoño, como muchas veces les ocurre a los cortos de denuncia. Serio e increiblemente bien realizado.

Anónimo dijo...

Para mi gusto, un buen corto.
¿Un corto de denuncia ñoño? ¡Coño!
En mi simpleza e ignorancia, siempre he sentido que cualquier corto de denuncia, por el mero hecho de serlo, demostraba una sensibilidad, al margen de tecnicismos de cualquier tipo, que lo colocaban muy por encima de cualquier ñoñería.
Pero, coño .....¿estaré haciendo un comentario ñoño?

Anónimo dijo...

Pues sí, Nekovidal, efectivamente se puede hacer un corto de denuncia y que te quede una ñoñería que le haga un flaco favor al hecho denunciado. No es la técnica que se emplee, sino lo depurado del guión lo que hace grande a un relato audiovisual.Y si el tema es serio, se merece un respeto. Fácil.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Atir y Gregorobius. Hay mucho corto por ahí que, en vez de hacerte pensar o recapacitar sobre los problemas sociales, te sonrojan.

Anónimo dijo...

Clarto que hay cortos de denuncia no ya malos, sino pésimos. Pero el mismo hecho de denunciar algo injusto o doloroso les honra. En España abrazar es prueba de afecto, en Japón, una grosería.....Si anteponemos lo exterior a la intención, al fondo, nos estamos imponiendo unos límites más estrechos de lo que pùdiéramos imaginar.
Pero ya sabemos que cuando el dedo señala la luna, más a menudo de lo que pensamos, nos limitamos a mirar el dedo......y todavía nos sentimos mal con quien se atreva a insinuar siquiera que puede existir la luna.....

PopBelmondo dijo...

Gran debate:¿el contenido o la forma?. Me pronunciaré, el equilibrio es la solución. En el caso de los productos con contenido social, desde luego, que se agradecen su inteción, pero en muchas ocasiones se convierten en puros panfletos didácticos, aburridos y ñoños, que exhiben como único aval su mensaje. El mensaje no exime a la obra artística de unos niveles de calidad e interés formales. ¿No es verdad que cuanto más atractivo es el envoltorio a más personas le interesa el contenido?