lunes, 1 de octubre de 2007

Corre, morrallero, corre.


En un ejercicio de imaginación nos subimos a una maquina del tiempo (escoged la que más os guste: la pionera de HG Wells o el automóvil de McFly en Regreso al Futuro). Retrocedemos 50 años atrás y nos situamos en la cuneta de la carretera a Maro. Veremos correr unos muchachos con unas albarcas de esparto. Algunos lugareños de la época los tildarán de chiflados, otros que son una "maná de majeretas". Podríamos detenerlos y provocar una de esas interesantes parábolas que se producen en los viajes temporales: decirles que décadas después un atleta nerjeño iba a competir en las Olimpiadas en Atenas. Bueno , a Ayo también le diríamos que se iba a forrar haciendo paellas. No quiero pensar las consecuencias cósmicas de tal revelación.

Al margen de nuestra imaginación febril, este retroceso en el tiempo se debe a la presentación este mediodía de la 51ª Carrera Urbana "Juan Carlos Salcedo" y la 23º Trofeo de Marcha Urbana "Tomás Santolalla". Esta edición es muy especial porque hace 50 años unos atrevidos, o unos "chiflados" como los llamaban, se apuntaron a participar en una carrera en las calles del pueblo. Con este motivo el próximo 7 de octubre a las 12 del mediodía se rendirá homenaje a esos pioneros del atletismo local, que supieron prender la mecha de la llama del espíritu competitivo, pero sobre todo, deportivo, que se mantiene viva en nuestros días a través tanto de los éxitos de los clubs masculino y femeninos de atletismo como de la labor formativa entre los más pequeños. Así hoy en rueda de prensa, junto al concejal de deportes, Antonio Miguel Navas y el presidente de la Federación Andaluza de Atletismo, Enrique López Cuenca, han estado presentes algunos de esos arrojados deportistas que como ellos mismos han contado se apuntaban a un "quemao". En el salón de plenos se encontraban tres de los cuatro retratados por José Padial el 12 de octubre de 1957, Manuel Martín Muñoz (alias "Chumbito"), Manuel Padial Bobadilla (alias "Charrán) y Francisco Ortega Olalla, mundialmente conocido por Ayo. Han contado anécdotas, han hablado de la ilusión que suponía correr por las calles, llegar al Balcón de Europa y ser aplaudidos por sus vecinos. Eran tiempos en los que no tenían otras alternativas al ocio, únicamente participar en las actividades deportivas y descubrir cuevas.

Sin saber el lema "Citius, Altius, Fortius" lograron ser el principio de una quimera, de un sueño deportivo teñido de celeste.


Como epílogo a esta historia de superación, el vídeo que realizamos para la IV Gala del Deporte (sí, señores, otra gala) de 2005 con Álvaro Fernández, el mediofondista nerjeño que paricipó en las Olimpiadas de Atenas.

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