domingo, 6 de febrero de 2011

Mirando a las musarañas (5) - Gazpachuelo.

Uno de los pocos placeres que le van quedando a uno en estos tiempos de jubilo son una buena mesa y un mantel. Mis amigos y compañeros conscientes de esta situación raro es el día que no aprovechan al calor de cualquier acontecimiento para reunirnos entorno a una mesa. Hace unos días descubrieron una casa de comidas en la que sirven un gazpachuelo de diez y, conocedores de mi predilección por ese plato estrella de la cocina tradicional malagueña,  allí nos fuimos.

Cada uno de nosotros tenemos dos cocineras en nuestras vidas, nuestra madre y nuestra santa esposa. He tenido la suerte de contar con una madre excelente en muchas cosas, pero de cocinera ha sido la repera. Llegó tarde a los fogones por circunstancias de la vida que no vienen al caso, pero preparaba cualquier plato en una peculiar cacerola que le daba un sabor exquisito y casero, sin muchos ingredientes, como tiene que ser en una cocina de supervivencia en aquellos años de tanta escasez. Mi santa esposa copió aquellos platos y les dio su impronta personal, por lo que miel sobre hojuelas.

A estas dos cocineras que todos hemos tenido, yo tengo que añadir a la que conocí en mi independencia familiar por motivos de trabajo en Nerja, en la antigua Pensión del Rosario (a Federico Bombarelli, le gusta llamarla Fonda), que regentaba Ana Som, cocinera también de la vieja escuela. Durante dos años estuve viviendo en la Fonda. Con mi juventud daba buena cuenta de todo lo que nos servia Ana.  Recuerdo que el gazpachuelo era una de sus especialidades y de segundo plato con este primero una coliflor rebozada con un punto de fritura extraordinario. Estaba tan bueno todo que uno se atrevía a repetir, a lo que ella contestaba -¡Aquí se viene a comer, no a hartarse!-. Esta frase la utilizo en muchas reuniones familiares, produciendo hilaridad, lo contrario que me ocurría en aquellos años setenta del siglo pasado.


Cuántos recuerdos de aquellos años en una Nerja agrícola y marinera.
 
 
por Ricardo Bajo León

3 comentarios:

AL SUR DE GRANADA dijo...

Por mi condición de representante de comercio, en aquellos años paraba en esa Pensión. Y la comida era casera y muy buena

Dori dijo...

Me alegra mucho este pequeño homenaje a Ana Som, fallecida recientemente y muy querida por todos los que la conocíamos.
Pero, Ricardo, no estaría mal que en tus tiempos de jubilo los dedicaras, además de mirar a las musarañas, a convertirte en el cuarto cocinero de tu vida. Me ofrezco a pasarte la receta del gazpachuelo, para que en tus reuniones en torno a una mesa te conviertas en la estrella de la cocina tradicional malagueña.:))

EL QUE MIRA A LAS MUSARAÑAS dijo...

No tenía noticias del fallecimiento de Ana Som, Hace unos años la visite y no se encontraba bien. Sin saberlo me he acercado a ella, teniendo como hilo conductor de mi ensayo el gazpachuelo, que tan bien preparaba. Dori agradezco tu interés por iniciarme en el arte de los fogones con tu receta del gazpachuelo. Pero prefiero a las musarañas y seguir en el ejercicio de ser un buenisimo comensal y un malisimo cocinero.