El viernes pasado por fin se celebró el concierto por muchos esperado en Nerja (no los suficientes para colgar el cartel de "No hay entradas"). Al margen de polémicas previas, no sé si decir que en el pueblo se vivía de puertas para fuera gran expectación alrededor del concierto. No había muchos anuncios colgados y eran pocos los puntos de ventas, localizados únicamente en Nerja. Se confiaba en el simple tirón mediático de Se llama Copla y privilegiar la asistencia de los nerjeños, esperando una respuesta masiva. Hubo una buena entrada, sobre las 1500 personas, pero, lo dicho, no hubo tortas por conseguir las entradas y según se rumorea se repartió un buen número de invitaciones.
En el pabellón cubierto el público asistente era bastante dispar, desde niños pequeños a señoras mayores, siendo predominante una audiencia de bastante edad. De este modo todas las localidades eran con asiento. En los momentos previos a la actuación había gran expectación. Unos cuantos fans llevaban camisetas con la cara de Antonio Cortés impresa. Sin duda, para el cantante nerjeño iba a ser la cita más especial durante su gira con el resto de los compañeros del programa de Canal Sur.
A medida que se acercaba la hora de comienzo, las 22:30h, arreciaban los aplausos y los gritos de apoyo al ídolo esperado de esa noche. Así, cuando se apagaron las luces, el escenario se llenó de música y aparecieron los cinco finalistas de Se llama Copla, el pabellón se venía abajo. Junto a ellos, los músicos que les han acompañado durante el programa, fueron desgranando su repertorio. Antonio Cortés ejerció en un primer momento de anfitrión y presentó a los demás cantantes. Una de las dudas de la noche era como recibirían los asistentes a Joana Jiménez, la ganadora, con toda la controversia creada a raíz del proceso de elección del triunfador y los resultados finales. Afortunadamente, el público nerjeño demostró gran elegancia y aplaudió en pie a la cantante sevillana. Verdaderamente emotivo el recibimiento, porque el concierto fue sobre todo eso, emoción. Ya conocíamos muchas de las canciones y su interpretación en las voces de los concursantes y el factor sorpresa era lo de menos. Eso sí, en algunos momentos, se acercaban más a la canción ligera, con arreglos en algunas canciones que me chocaban. Tanto Rosa Marín, María Lozano, Erika Leiva y Juan Calero derrocharon entrega encima del escenario. Reconozco que este estilo musical no me entusiasma demasiado y algunas interpretaciones histriónicas y exageradas de las coplas me repatean el estómago.
Antonio Cortés se desenvolvía con soltura en el escenario y no parecía estar superado por la responsabilidad de actuar frente a su público. Pero no pudo evitar emorcionarse profundamente cuando al terminar la interpretación de "Pena, penita, pena", las lágrimas recorrieron sus mejillas. El público, el más de millar de personas congregadas, gritaba como uno: "Antonio, amigo, Nerja está contigo". Momentos irrepetibles dentro de la incipiente carrera musical del nerjeño.
El concierto fue lo esperado, coplas de siempre, algunas interpretadas en dúos, tríos o con todos los integrantes de la gira en el escenario. Fueron muy aplaudidas, pero, en honor a la verdad, me entretenía más la respuesta de los asistentes que el espectáculo en sí. En algunos momentos el sonido no era excesivamente bueno, a los cantantes no se les entendía y la orquestina que les acompañaba, pues normal. En algún momento pensé, que si los componentes de esta gira no hubieran participado en el programa con semejante audiencia televisiva, pues posiblemente irían por las ferias cobrando una décima parte de su actual caché, porque, excepto antonio Cortés, con su singularidad, el resto me parecía del montón, aupados por la televisión, sin una personalidad definida, sin desafinar, pero sin destacar, cosas de la tele.
No me quedé hasta el final del concierto, había escuchado suficiente copla por esa noche y me fui con la interpretación de la saeta de Serrat en la voz de Antonio Cortés. De ese modo, me perdí cómo los concejales no perdieron la oportunidad de subirse al escenario y entregar un placa a nuestro paisano.
Por otro lado, el pabellón cubierto no está nada mal para acoger este tipo de espectáculos: conciertos, galas de todo tipo, teatros, entre otros acontecimientos. Es amplio, puede reunir a más de 2000 personas (visto lo visto, en Nerja es dificil posible llenar un espectáculo con semejante aforo o si acaso no somos capaces de organizar un acto de esas proporciones). Se podría pensar en la posibilidad de trasladar los conciertos de la feria a ese recinto, para disfrutar los conciertos con unos mínimos de calidad. Es cuesión de planteárselo. Por cierto, me gustaría saber qué ha supuesto este concierto para las arcas municipales. Evidentemente ha sido deficitario (1500 entradas entre 15 y 20 euros con un caché que posiblemente supere los 40000 euros, para mí que no salen las cuentas). ¿Nos podrán explicar el tipo de rédito que ha supuesto para el pueblo este concierto?¿O finalmente se ha tratado de una maniobra de prestigio político para cierto concejal cuya cofradía regentaba junto a la del Nazareno la única barra del recinto?. Con qué alegría disparamos con pólvora ajena. Veremos qué pasa dentro de un mes en Frigiliana.
De momento podéis disfrutar de uno de los momentos cumbres del concierto con el vídeo en el que Antonio Cortés interpreta "Pena, penita, pena"
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