El concepto "autenticidad" cuando se aplica al rock me da un yu-yu tremendo. En muchas ocasiones me parece una marca para vender discos que finalmente adolecen de sentimientos, de coraje, de irreductible libertad creativa, de compromiso musical frente a la industria discográfica. Hay tipos, rockeros multitudinarios, mediáticos, elefantiásicos, que agitan la bandera del rock como expresión última y después te cascan en taquilla más de 100 euros por verlos en directo. Eso sí que es ser un auténtico "...". Y si embargo en los últimos años cada vez escucho más rock norteamericano, un poco harto ya de tanto grupito hiperidolatrado que no le han empatado a nadie. Y te das cuenta de que todavía se hacen canciones que te agarran bien por los coj... y dices: "este disco me lo compro" (mejor en vinilo). Igual me equivoco y esa "autenticidad" se encuentra en los rincones oculto
Una prueba, esta canción de Bill Callahan, también conocido por su proyecto Smog, "Diamond Dancer"
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