Esta canción me hace bailar. Me alegra en estos días en los que se ciernen algunos nubarrones. Es el tipo de canciones que me gustaría escuchar en los locales de ocio nocturno, pero sentado en una de las terrazas de la plaza tuti fruti asumo que es algo complicado.
Richard Swift es su autor y presencié hace unos años un concierto en Málaga. Fabulosa actuación que nos puso en pie. Y este tema lo escuché por la radio sin saber que era suyo y casualidades del Youtube lo descubro. Es cutre, juega a las influencias del amateurismo underground, con esa textura de cinta VHS vieja (los que ven los antiguos reportajes de Telenerja saben a qué me refiero). A mover los pies, la cabeza y las neuronas.
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