domingo, 6 de enero de 2008

Tres tipos con barbas atraen todas las miradas.


No hace mucho escuché una conversación en la cual una madre comentaba con orgullo lo siguiente:"Mis hijos no tienen ilusión por los Reyes Magos, porque gracias a Dios no pasan deseo de nada". Con el recuerdo de esta demoledora, brutal, descorazonadora frase me eché a la calle a vivir de cerca la magia, la inocencia, la ilusión de cientos de miradas que se centraban en un desfile. Porque aunque ya peino canas sigo creyendo. Creo en niños/as que pintan dragones, en personas que no levantan dos palmos del suelo y se lo pasan pipa con varios carretes de hilo. ¿hay algo de malo en soñar por unas horas en que tus anhelos se verán colocados alrededor de unos zapatos recién limpiados?


No es menos cierto que en esots días nos vemos arrastrados por una vorágine consumista pensando en que cuanto más avanzado, de última moda sea el regalo más feliz los hará y por ende, más no querrán. Pues los iento, para mí no hay nada más triste que unos juguetes rotos, abandonados a las dos semanas en un rincón porque ya han saciado ese deseo instantáneo. No hay nada más perverso que un niño piense que tiene derecho a todo, que sólo con decir "quiero eso" lo tendrá al instante. ¿Sus progenitores también estarán a su lado cuando su descendencia no vea correspondido su amor hacia otra persona, poniendo un cheque en blanco para conseguirlo? Ahora que lo pienso peores cosas se han visto.


Desde el Parque Verano Azul salió la comitiva en la que Melchor, Gaspar y Baltasar se disponían a recorrer un largo trayecto por las calles nerjeñas. Más de 5 carrozas formaban el desfile, junto con diversas bandas musicales que aportaban charanga y diversión. Además diversos figurantes ofrecían coreografías en un intento de dotar de color y espectacularidad el pasacalles.



Centenares de niños/as se lanzaban al suelo a recoger los caramelos (algunos con publicidad de inmobiliarias, entidades bancarias y colectivos empresariales). Algunos acompañaban a tractores para llenar sus bolsas (¿se los comerían todos o únicamente era un puro afán precoz por acaparar cuanto más mejor?). Los mayores no sabía si inmortalizar el momento con un auténtico zafarrancho de cámaras, videocámaras y móviles. Los niños miran a través de sus ojos abiertos de par en par y los padres mediante lentes de todos los calibres.

Los Reyes Magos supongo que acabarían con agujetas en los brazos de tanto saludar (es lo que tiene la profesión), de corresponder a las pequeñas inmensas sonrisas. Conozco a más de uno que encantado suplantaría a los componentes del trío. Tiene que ser duro encontrar los complementos agotados de la videoconsola de moda o el último reproductor multimedia que permite ver en una pantalla minúscula pelis como Blade Runner (menuda gilipollez). Por cierto, ¿habrá alguien que todavía incluya en su lista de regalos un cd de música?


El Balcón de Europa estaba repleto de público expectante, de casi todas las nacionalidades. Me hace gracia las expresiones de entusiasmo de los guiris ante el pasacalles, aplauden cómo si asistieran el mayor espectáculo del mundo. Cosa de llevar chanclas en enero. Un pasillo vallado servía como camino hasta el escenario en el que se representaba el Misterio. Nadie quería perder detalle de cómo Gaspar, Melchor y Baltasar entregaban sus presentes. Antes muchos tuvieron la oportunidad de darles la mano y hacerse una foto con cierto aire de incredulidad ante los que a primera hora de la mañana les dejarían los regalos anhelados.



Como cierre final Antonio Cortés cantó un par de villancicos después de que sus Majestades saludarán desde el balcón del ayuntamiento. No se puede pedir más, todo salió bien (para eso estaba trabajando a tope el clan Villasclaras, pese al robo días previos de material de atrezzo de las carrozas). Los infantes contaban los minutos para irse. Ya si por la mañana vieron colmados sus deseos una vez arrancados los papeles de regalo, es otro cantar, pero sólo por respirar ese ambiente mágico por unas horas en Nerja ya valía la pena, pese a que algún que otro niño no tenga ilusión. Él se lo pierde

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego que no hay nada peor que matar la ilusión de un niño, ya sea de "verdad" o la ilusión de nuestro niño interior (a la que afortunadamente yo mantengo muy viva xD) Recuerdo lo feliz que me sentía cuando mi hermana, que ya anda en el horrible periodo adolescente me cogía de la mano e íbamos a buscar caramelos y miraba a los Reyes boquiabierta...luego mientras preparábamos sus zapatitos tenía que explicarle que como los Reyes son mágicos podían ir del "Paseo" a Madrid en un tris y salir por la tele :P

En fin, con esto de la Navidad yo siempre he tenido sentimientos encontrados...todos estamos de acuerdo que es un rollo consumista, que es un coñazo eso de tener que ser feliz "por narices porque es Navidad" y blablablablabla pero que quieres que te diga, a mi en el fondo me gusta. Me gusta tener una excusa (aunque otras veces no haga falta) para reunirme con los amigos y, o, u, ae ae familia para cenar y charlar pasando un buen rato...me gusta ver la cara de ilusión al abrir los regalos que les hago (aunque yo soy de las que regalan cualquier día con excusas tipo: "feliz no-cumpleaños" y además siempre los doy antes de Reyes...impaciente que es una) me gusta poner el árbol, las calles iluminadas de Málaga o Madrid (las de Nerja, ejem...dejémoslo estar)... Eso si..los villancicos ¡¡¡LOS ODIO!!! ;)

¿Y tú qué? ¿Has sido bueno? Yo no, ya lo sabes...jejeje

aun así los reyes y "Santa-Clavos" me dejaron sus regalos...bajo amenaza de una sesión de D&D, es decir...Death & Destruction :P