En la vida los momentos difíciles vienen dados, los felices hay
que ir a buscarlos. Y en nuestra tertulia de cada miércoles en la que echamos
un buen rato de conversación y de discrepancia de criterios hay quién tiene el
acierto de ponerle un punto gastronómico, que también es cultura. De vez
en cuando es bueno, aunque sin abusar, darse un pequeño homenaje.
Estando dentro de la octava de San Fermín, por aquello de que
todos los Santos tiene octava, y por motivos que no vienen al caso no lo
pudimos celebrar en tiempo y forma. Con la inestimable colaboración de Miguel,
propietario de la Cafetería Odeón, santo y seña de nuestras tertulias y centro
de reunión de muchos paleños, este miércoles nos hemos desayunado al más puro
estilo navarro un "almuerzo sanferminero". Este estaba compuesto de
unos huevos fritos, con patatas a lo pobre y la consabida chistorra, acompañado
de cerveza para ayudar a digerir tan pantagruélico "almuerzo".
No hace tiempo leí y me quede con la "copla" de un
comentarista gastronómico que las pequeñas cosas: un mantel bien
planchado, una mesa bien servida, una compañía agradable o un ambiente de
sosiego y alegría-, elementos que ni se mastican ni se tragan, son parte
esencial del placer de la mesa. Ninguna de ellas produce colesterol, fomenta la
diabetes o provoca acumulación de ácido úrico. También comenta que en España el
más maltratado de los capítulos coincide con el desayuno. Nos desayunamos mal y
con prisas.
Los tertulianos hemos roto una lanza en favor de un desayuno
"fuerte", sin mantel pero en una mesa bien atendida y servida y, lo
que es más importante, en BUENA COMPAÑÍA.
Al tiempo de escribir este relato, no tengo noticias de
la indisposición de algún tertuliano, de lo cual me alegro.
Por Ricardo Bajo León.
1 comentario:
Y por las noches una pera
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