En la noche del viernes 10 de mayo se falló el 14º Certamen de Relatos Cortos de la Aventura de Escribir, que este año llevaba el tema de “El relato romántico”.
El jurado, compuesto por Ana María Durán,
Beatriz Reinoso, José María Centeno, Estrella Rebollo y Pedro Carlos González,
habló del elevado nivel de los 24 relatos presentados a concurso (provenientes
de Málaga y Granada). El encargado de leer el fallo del Jurado, Pedro Carlos,
hizo el mejor resumen posible: Estos 24 relatos son 24 maneras de entender el
romanticismo.
La presidenta de la Asociación, Haydée Acosta Merece reivindicó la importancia del
amor, e indicó que es la primera vez que se plantea este tema en el certamen.
Por su parte, la concejal de Cultura del
Ayuntamiento de Nerja, Gema García, agradeció la gran participación al certamen, destacando la constante y necesaria actividad que lleva a cabo La Aventura de Escribir en Nerja.
Siempre tiene que haber ganadores, y en este
caso, han sido los siguientes.
Primer premio: recae en Josefina Solano por el
relato “Si no te conozco no he vivido”. El título, extraído del célebre poema
de Cernuda, es la historia de amor entre Pablito y Sara, dos enamorados con la
particularidad de padecer síndrome down. Pablo ama a Sarita y Sarita a Pablo
con un amor tierno, dulce, puro y sencillo como la arcilla con la que ambos
trabajan.
Primer accésit: recae en Juan Carlos Peña por
“Renacimiento”. Y es que su protagonista, Eugenio, renace al conocer a María. Pese a que ambos
están en la etapa final de sus vidas, eso no les hace sino sentir aún con más
fuerza las dentelladas del amor. Es este un amor entre dominós, bingos,
pasodobles y viajes por tierra y mar. Son dos supervivientes renacidos para
amarse. El autor nos quiere hacer ver cómo el enamoramiento te desarma, no importa la edad tengas. Vuelves a ser vulnerable como la
primera vez.
Segundo accésit: recae en Plácido Iranzo que
nos regala el cuento La Chica de la Curva. El autor lo describe como “un relato
peculiar pero, dentro de lo que cabe, normal”. Plácido le da un giro a la
conocida leyenda urbana de la chica de la curva. En este caso, hay chica, hay
curva y hay un enamorado que, desde hace veinte años, cada luna llena a las 12 en punto de la noche va hasta esa
fatídica curva a encontrarse con el
gran amor de su vida. Ese gran amor que no le reconoce.
Por Rita Sánchez.
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