Qué bancario no recuerda el a veces interminable listado de
descubiertos, fácil presa para los inspectores. Había clientes suscritos de por
vida. El banco de manera taxativa cerraba el "grifo" y al cabo de
cierto tiempo, de forma tácita, se volvía a llenar el listado de nombres propios
y de sociedades.
En una ocasión se concedió un descubierto de poca cuantía pero
de difícil recuperación, el cliente falleció, y el responsable de la oficina, ante las reclamaciones de sus superiores por la tardanza en cancelar la
posición deudora, envió el listado con una nota al margen que decía : "De
viaje".
Con la primavera avanzada llegan otros descubiertos no financieros, sino los producidos por el alivio de tanta ropa en invierno.
Empiezan por los pies dejando en el armario o zapatero, botas, botines y
calzado de abrigo para dejar paso en un principio, a un calzado con unos dedos
insinuantes por la puntera del zapato, hasta su total desnudez cuando llegan
las calores del verano. Las mujeres entre uno de sus gustos están los zapatos.
(foto extraída de aquí)
Los modelos austeros y elegantes del invierno, se cambian por
unas sandalias cómodas y veraniegas que dejan al descubierto los
pies. No da tiempo a fijar su mirada en ellos, pasan fugaces con movimientos
felinos, delicados, parsimoniosos o rápidos. ¡Pies para que os quiero!
Por Ricardo Bajo León
No hay comentarios:
Publicar un comentario