Entre el maremagnum de objetos a la venta en un rastro dominical un ojo avizor puede encontrar algunos tesoros imprevistos. En una tela arrugada desplegada el cemento del solar del mercadillo, rodeado de juguetes, encontré varios ejemplares de la colección literaria de aventuras "Flecha Negra" editada por Circulo de Lectores a un precio irrechazable (un euro). De partida se pueden tener prejuicios cuando la colección se etiqueta como literatura juvenil. Podemos caer en el error de adjudicar a cada tramo de vida una lectura adecuada. Creemos que cuando ya peinamos canas lo sabemos todo sobre los clásicos que nos señalaban como adecuados para nuestra infancia y adolescencia. Pensamos que es ya una actividad sobrevenida porque nada nos puede sorprender. Pues rompamos esos cotos literarios y lancémonos al gozo de leer porque la recompensa va a ser muy jugosa, como en el caso de "Moonfleet".
Esta novela de aventuras no la tenía dentro del canon de obras literarias que siempre se nombran cuando se recomiendan títulos como un paso más en la iniciación lectora. A mí no me sonaba entre "Los tres mosqueteros", "Estudio en escarlata", "La isla del tesoro", "20.000 leguas de viaje submarino", y sin embargo no tiene nada que envidiarles. Esta naracción de John Meade Falkner, editada a finales del siglo XIX, lo tiene todo: un pueblo costero inglés en el que un adolescente huérfano entra en contacto con un grupo de contrabandistas, conoce el primer amor, se ve envuelto en decenas de peripecias con un ritmo sin respiro. Pero si la aventura física no deja resuello, lo que eleva a "Moonfleet" a delicia para todas las edades es la relación paterno filial entre el joven huérfano John Trenchard y el contrabandista Elzevir Block, dos personajes heridos que se encuentran en las catacumbas que utilizan en el tráfico ilegal de mercancías. No extraña tampoco que un director como Fritz Lang se sintiera atraido por esta narración para adaptarla al cine. La atmósfera gótica, la nocturnidad de las acciones, el azar como protagonista en los hechos, un tono moral ambiguo y pesimista, se ajustan al universo fílmico del director alemán.
"Moonfleet" puede caer en algún momento en cierta ingenuidad para el lector más avezado, pero eso también es parte de su encanto contrapuesto a la atmósfera nocturna y ambigua, pero si sois de los que disfrutan de las aventuras sin prejuicios, si os sentís libres cuando la brisa del mar surge de las páginas de un libro, si no teméis en adentraros en los laberintos de una narración sin pausa, esta novela de John Meade Falkner es un placer inmarchitable.