viernes, 30 de marzo de 2007

Las resacas de Semana Santa son perjudiciales para el "espíritu"

Nerja Pop es como la Constitución Española, aconfesional. No voy a pasar por alto muchos años de educación católica, desde el bautizo a las clases de religión del cura Alejandro en el entonces Instituto Ntra. Sra. de las Angustias, ahora IES Sierra Almijara. Pero las cosas cambian, igual que los nombres de los institutos, y mi mirada hacia el hecho religioso se ha vuelto más escéptica. En estos días se vivirán grandes momentos de fervor religioso para muchos, grandes espectáculos folclóricos para otros tantos, en las calles de toda España. Y aunque he comentado anteriormente mi escepticismo, no puedo ocultar que a lo largo de mi carrera profesional como cámara de tv me he emocionado al contemplar instantes de gran belleza en el transcurso de la Semana Santa de la provincia (Málaga, Frigiliana, Vélez Málaga, Nerja). Pero también vamos a decir la verdad, tampoco son unas festividades muy Pop que digamos, tiran más bien hacia lo solemne. Excepto cuando se escenifica Jesucristo Superstar en Frigiliana. De todas maneras, no estoy muy seguro de si en las próximas fechas (y si hay presión popular a favor) puede que cuelgue algunos resúmenes de Procesiones de Nerja y Frigiliana. Por ahora, como el espíritu de esta web es un poco gamberro e irreverente (siempre si faltar el respeto), os propongo el siguiente cortometraje para amenizar vuestras horas muertas previas a salir de juerga, tomar vuestros cafés o presenciar las procesiones, ya sea en la calle o en la tele. Toca de manera tangencial la Semana Santa, se titula Viernes de Pasión, Sábado de Dolores y esta dirigido por Nono Palomino (ni bajo torturas me sacarán cómo lo conocí), director del corto Repeluco, que también podéis ver en Nerja Pop. Una vez veáis el vídeo comprenderéis de lo ajustado del nombre. Y que me perdonen aquellas personas que se puedan sentir ofendidas, pero estamos aquí para pasarlo bien, y así lo entienden, por ejemplo, los personajes de este corto.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre la Semana Santa y demás . . . Empecemos por:

Lo Inexplicable y el pensamiento mágico

por Juan Carlos Cisneros


"Los hombres creen que la epilepsia es divina simplemente porque no la entienden. Pero si llaman divino a todo lo que no entienden, entonces, no habrá fin para las cosas divinas". Hipócrates


Hace milenios nuestros antepasados se admiraban con un misterioso disco de fuego que se erguía diariamente a través del horizonte. Éste pasaba la mayor parte del día irradiando calor sobre todas las cosas y finalmente se ocultaba tan enigmáticamente como surgía. No menos misterioso, otro disco luminoso sucedía al primero y se paseaba toda la noche allá en lo alto, rodeado de millares de puntos parpadeantes que dibujaban caprichosas formas, unas más inteligibles que otras.

¿Cuál era la explicación de todo eso? ¿Cómo se mantenían en lo alto esos objetos? ¿Qué tan lejos estaban? ¿Por qué se movían? ¿Por qué nunca se apagaban? ¿Eran simples objetos o no? Además: ¿por qué llovía? ¿Por qué caía el rayo? ¿Por qué ardía el fuego? ¿Por qué temblaba la Tierra? ¿Por qué hacía erupción el volcán? ¿De dónde venía el viento? ¿Por qué ocurría el huracán? Y también: ¿Por qué brotaban las semillas? ¿Por qué nacían los niños? ¿Por qué se fermentaban las frutas? ¿Por qué aparecían las enfermedades? Esta lista es larguísima. Y a todos esos fenómenos les atribuyeron la categoría de no ser naturales, sino de ser "algo más", algo que no es natural, algo sobrenatural. Algo mágico. Algo digno de admiración o de temor. De reverencia o de culto. La curiosidad, la perplejidad y sobre todo la fantasía humanas ante lo incomprehensible en el mundo que nos rodea fueron el motor para la creación de seres fantásticos y poderosos que serían los responsables por todos los fenómenos que no entendemos. Así nacieron todos los dioses.

Mucho tiempo después, en nuestra sociedad moderna, el ser humano no ha cambiado mucho. Ya no se cubre con pieles de animales salvajes. Ahora usa corbata. Y es orgulloso: se auto-denomina "civilizado" para diferenciarse tajantemente de sus "primitivos" antepasados. Tomaría como un severo insulto el ser comparado a un troglodita. Sin embargo, su visión del mundo que le rodea sobrevive intacta, ya que sigue considerando todo aquello que es inexplicable -y muchas veces hasta lo explicable- como el trabajo de algún dios. Persiste en colocar apresuradamente adjetivos tales como "milagroso", "paranormal" o "divino" en todo aquello que no entiende -o que aun no entiende- en lugar de simplemente admitir que no es capaz de entender. A pesar de todos los avances en el conocimiento de nuestro mundo, el ser humano moderno persiste en atribuir lo que aún no comprehende a algún dios, a dioses, a alguna energía especial. Esto lo vemos todos los días.

Por ejemplo, en una apartada iglesia cristiana, una multitud de fieles observa una extraña mancha formada en una pared. En ella ven fervorosamente el "rostro de Jesús". Al otro lado del mundo, al observar el cielo nocturno un espectador se topa con una efímera luz fuera de lo común. No tarda en asignarla a "extraterrestres". Mientras tanto, en un hospital cercano, un paciente con una severa enfermedad y con pocas probabilidades de recuperarse experimenta una súbita mejoría en su cuadro. Su médico al no poder explicar eso, se encarga de atribuirlo a un "milagro". Fenómenos como estos son invocados diariamente como “pruebas” de la existencia de uno o más dioses.

No, el ser humano aún no se ha liberado de la mentalidad de sus ancestros. El pensamiento mágico persiste en pleno siglo XXI. De hecho, frecuentemente la actitud de explicar científicamente los fenómenos del mundo que nos rodea no es bien vista, en cuanto ésta se contrapone a las "explicaciones" espirituales, divinas, místicas, mágicas.

¿Sería la erupción de un volcán un prueba de la existencia de algún dios del fuego, que por cierto, se encontraría de muy mal humor? Hoy en día la mayoría de nosotros no tomaríamos en serio esta pregunta, pues sabemos lo que es un volcán. Sabemos que se trata de un fenómeno natural. Hace miles de años, sin embargo, ésta era una pregunta seria. Para nuestro ancestros no estaba tan claro lo que era un volcán y su actividad era un fenómeno mágico, obra de algún dios. El volcán fue un dios. ¿Qué pasó con este dios tan temible? ¿A dónde se ha ido? ¿Murió?

Es extraño que veamos con humor o hasta con desprecio las creencias primitivas, los dioses de las tribus salvajes o del mundo antiguo, pero en cambio respetemos y veneremos solemnemente al dios o a los dioses de nuestras religiones “modernas” y “civilizadas”. ¿Qué diferencia hay entre Jehová y Zeus después de todo? ¿Acaso el primero se merece más respeto que el segundo? ¿Acaso no son dos facetas del mismo pensamiento mágico?

Se dice que la ciencia no puede responder todo. Por cada pregunta que la ciencia responde, se plantean dos nuevas. Y es que entre más conocemos, más nos damos cuenta de lo que ignoramos. Tal vez no sea posible comprehender todo en el universo, sin embargo, todos los días la ciencia explica algo. Todos los días, algo ilógico se hace lógico. Todos los días un milagro deja de ser un milagro. Todos los días, algo sobrenatural se convierte en natural. Todos los días, el trabajo de un dios se convierte en obra de la naturaleza. La superstición y la religión -el mito institucionalizado- retroceden ante cada avance de la ciencia.

¿Es malo quedarnos paulatinamente sin milagros? ¿Tiene menos belleza un mundo comprehendido, explicado? Claro que no. Sólo se puede valorizar y apreciar aquello que se conoce. Conocer es, ante todo, vivir sin miedo y sin superstición. Descubrir y entender el mundo que nos rodea es una experiencia gratificante. Una foto obsequiada por el telescopio Hubble es más hermosa que mil mentiras.

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En Diario de un Ateo, el doctor Gordon Stein definió la fe como el hecho de creer sin evidencia, en algo que ha dicho alguien sin conocimiento, sobre cosas sin fundamento.

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PopBelmondo dijo...

Nekovidal interesantes tus reflexiones. Pero, ¿no te parece que se salen un poco del tono de esta entrada? Demasiada carga de profundidad.

Anónimo dijo...

Qué pechá de reir con los cortos del Nono. Mu bueno.

Anónimo dijo...

Sí, Popbelmondo, tal vez, pero ya sabes que cada uno ordena la conciencia propia a su manera. Como se puede calcular con bastante exactitud los muertos que provocan , cada día, el pensamiento mágico-religioso en general y la Iglesia Católica en particular, yo, bien alimentado y satisfecho en el Primer Mundo, me consuelo poniendo un texto que, si hace dudar a un sólo integrista de pensamiento religioso, me basta.
Es sano para la mente, pero no para la inteligencia, acostumbrarse al autoengaño que nos invita a cerrar los ojos. No se trata de salvar el mundo ni de hacer brillar una verdad sobre los 6500 millones de verdades restantes. Es, si se quiere , seguir el camino que nos marca la naturaleza, al ser una especie gregaria: colaborar y compartir información, la clave de nuestro poder para sobrevivir.
Cualquiera puede consolarse diciendo "no puedo hacer nada", para rehuir la angustia o la falta de empatía, pero en muchas ocasiones se puede hacer mucho poniendo, simplemente, sin angustia ninguna, nuertro grano de arena. Mientras una sola persona se infecte de sida en el Tercer Mundo por seguir los sagrados preceptos de esa organización, la Iglesia Católica puede ser llamada, sin lugar a dudas, una organización que mata, y eso tiene un unombre que evitaré para, hipócritamente, no herir susceptibilidades.
Entre otras curiosas características, las personas tenemos la particularidad de recordar nimiedades al tiempo que olvidamos obviedades. Nuestra enorme capacidad de adaptación hace que, en ocasiones, estemos sumergidos en la ceguera y el horror cotidiano sin plantearnos siquera, gracias al autoengaño, la posibilidad de su existencia.

Pero en fin, me autocensuro con gusto, porque lo hago a través de un poema de Herberto Padilla:

>¡Al poeta despídanlo!
>Ese no tiene nada que hacer,
>No entra en el juego,
>No se entusiasma.
>No pone en claro su mensaje.
>No repara siquiera en los milagros.
>Se pasa el día entero cavilando.
>Encuentra siempre algo que objetar.
>¡A ese tipo, despídanlo!
>Echen a un lado al aguafiestas,
>a ese malhumorado del verano
>con gafas negras
>bajo el sol que nace.
>Siempre
>Le sedujeron las andanzas
>Y las bellas catástrofes
>Del tiempo sin historia.
>Es
> incluso
> anticuado.
>Solo le gusta el viejo Amstrong.
>Tararea, a lo sumo,
>una canción de Pete Seeger.
>Canta
> Entre dientes,
> La Guantanamera.
>Pero no hay
>Quien le haga sonreír
>Cada vez que empieza el espectáculo.

Y todo esto, estimado Popbelmondo,por si hay que aclararlo, dicho sin acritud y con un fuerte abrazo.
Salud

Anónimo dijo...

No se puede legislar para no herir la susceptibilidad de las personas. Pero, pero, cuando se luchó porque la libertad de expresión fuera un derecho fudamental, no creo que la idea de fondo fuera soltar soflama en determinados escenarios. La libertad de expresión es un derecho que no existe en todos los países, recordémoslo, por lo que lo suyo sería valorarlo en su medida. No es una cuestión de censura, pero mucho se ha tardado en poder decir "que cago en ..." para no valorarlo en su medida.

Anónimo dijo...

Nekovidal, hazte un blog, tío. qué pesao

Anónimo dijo...

Desde que se inventó el parar, el que se cansa es porque quiere.
Si te encuentras un texto que te interesa, lo lees hasta el final, si no, lo dejas. Pero, ¿qué ocurre si tu capacidad de lectura o tu curiosidad va más allá de cuatro lineas?

Para mi, no hay nada más pesado que el pensamiento simple, del que pasa de todo sin haber pasado por nada en la vida.......
Ya ves, para gustos, colores..
Salud

Anónimo dijo...

La semana santa es folklore y tortillas de bacalao. El corto es buenísimo.

Anónimo dijo...

Cuando una persona es inteligente no lo dice... No hace falta.