Hubo un tiempo ni peor ni mejor que este. Cada cual cuenta la feria tal cual le ha ido. Nada es nuevo bajo el Sol. Todo en la vida es una sucesión de situaciones que se repiten, con otros personajes, con otros colores y en otro tiempo. Ahora en el tramo final de la vida hay días que te paras a pensar si eso que ocurre no lo has vivido anteriormente. En ese tiempo pasado, en el que todo era negro, prohibido, censurado, vivíamos en la esperanza de que tarde o temprano tenía que cambiar. Y seguíamos poniéndole adjetivos a la "feria", según nos iba.
Los que vivían o vivíamos, unos por la edad y otros, porque como digo la "feria" le iba bien tal pasa ahora, no echaban cuentas de los demás. Y sin embargo, el color cambió, el negro se tornó verde, lo prohibido y censurado, se convirtió autorizado y libre. A los que la "feria" no les fue tan bien, empezaron a disfrutar sin mirar hacia atrás. El Auxilio Social se ha convertido en Cáritas, la emigración, en fuga de cerebros, los fastos deportivos en bulos y corruptelas, descubiertos por el periodismo para distraer, de una manera partidista sin ningún atisbo de independencia, a los de la "feria" de los verdaderos problemas que les acucian.
Asistimos a las tertulias radiofónicas y televisivas, como veíamos la actuación de Rafael, una buena tarde de toros de El Cordobés o un partido del Real Madrid disputando la Copa de Europa. Distracciones banales, que al igual que antaño, intentan hacernos olvidar de la grave situación que vivimos.
Hubo un tiempo con un horizonte de libertad y progreso. Hoy se repite, pero sin ese horizonte y esa ilusión de cambio. Porque parece que ahora, no hay nada que cambiar.
Por Ricardo Bajo León.
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