Hace varios días que mi santa esposa no puede tender la ropa. Los vientos en Málaga capital han hecho que la ropa se envuelva en el cordel y sea imposible que corra la carrucha, es necesaria la ayuda del vecino.
Hace tiempo que nuestros vecinos se mudaron una manzana más abajo y visitan el piso esporádicamente. Tengo que localizar al vecino, que es policía no uniformado, de los que dábamos en llamar de la "secreta". No sé de dónde viene el nombre, pues es conocida su profesión en todo el barrio. Me dirijo a la comisaría a la que está adscrito. No recuerdo su nombre, suponía que con decir que es una persona alta, cordobés de nacimiento, que su esposa trabaja en tal sitio y vive en el barrio en la calle tal y cual, era suficiente para identificarlo. Su compañero que me atendía, policía uniformado, soltó una exclamación: ¡Uf! si no sabe el nombre no puedo localizarlo, no sé cuantos "secreta" trabajan en la comisaría . Yo no quería adjetivar a mi vecino para aportar una seña más, pero no tuve más remedio que hacerlo. Le dije: es "barrigoncete". Rápidamente lo identificó.
Amablemente me preguntó mi nombre y realizó una llamada telefónica. Su interlocutor debió decirle que no lo veía, por lo que este le contestó: ¡Pues es bien grande para no verlo! Acto seguido me invitó a que si quería esperarlo me sentara, pues no tardaría en llegar.
Finalmente mi vecino policía ha enviado a su hijo y hemos solucionado el problema. Mi santa esposa puede tender la ropa.
¡Aquí hay tabaco y colillas! ¡Alguien ha fumado! La policía no es...
Por Ricardo Bajo León.
1 comentario:
A veces sí que lo es. Doy fe! Como el Luisma.
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