martes, 30 de julio de 2013

Huyendo a la era pop (¡Qué noche la de aquel sábado!).

Cuando la atmósfera casposa te agrieta los pulmones, el gris del encefalograma plano se convierte en el color oficial y el barco se hunde tras intentar ponerle mil remaches mientras que el propio capitán, para cobrar a precio de oro el salvamento, sabotea el navío, la resistencia se torna en una quimera. Y sin embargo, siempre hay refugios en los cuales afilar espadas, recomponer ejércitos y reiniciar la ofensiva vital. Además te encuentras que no estás solo, que hay más resistentes que dan la vida por el riff resuelto de una guitarra, las armonías vocales que lloran el amor perdido y glorifican la sonrisa conquistada, que perseguimos capturar el rayo verde en la tarde de verano y pisamos charcos con las viejas Adidas en invierno. 

El Fuengirola Pop Weekend se mantiene contra viento y marea, el sueño loco de un apasionado de la música pop, Antonio Sánchez, que se empeña año tras año, sin apenas respaldo institucional o con el de tan sólo unas pocas empresas, en sacar adelante un festival modesto, pero lleno de energía. En esta edición, tras pasar por anteriores localizaciones como el Castillo de Sohail y un chiringuito en el paseo marítimo, se ha concentrado en un pub británico con bastante solera, un sitio idóneo, con pintas de cerveza negra y cuadros de glorias sixties del pub rock de la pérfida Albión colgados de las paredes. Pero lo dicho, no está solo su promotor y logró a través del micromecenazgo encontrar los apoyos económicos para sacar adelante esta aventura power pop.



El sábado era el día de cierre, dedicado al power pop, con una selección de bandas de lo mas ajustada, marcando acertada homogeneidad, que fue subiendo de intensidad hasta el apoteosis final. Empezó con cierto contratiempo por la ausencia a última hora de los veleños Smoking Victims, pero las líneas areas de bajo coste jugaron una mala pasada y no llegaron a tiempo. Así, fueron los almerienses Los Summers, que sirvieron de potente aperitivo punk pop, para calentar motores. Desde la otra punta del mapa, descubrí (bueno, todas las bandas eran descubrimientos, fui a ciegas totalmente) a los asturianos Bubblegum, de los que tenía simple referencias de ser una de las mejores bandas de power pop del país y la verdad es que no mentían sobre el cuarteto. Los italianos siempre se han destacados por ser un pueblo con un sentido particular de la elegancia, y los Radio Days hicieron honor a ese hecho. Vestidos de negro de pies a cabeza, con corbata estrecha con las guitarras y bajo blancos, desgranaron un repertorio apabullante, de juegos vocales, de guitarrazos directos al corazón. No se bajaron del escenario porque hicieron doblete como banda de acompañamiento de Kurt Baker, un cruce de viñeta entre James Stewart cargado de anfetas y Elvis Costello con alzas y libre de dioptrías. Pese al calor, al sudor ya corriendo por nuestras frentes y espaldas, el norteamericano no se quitó la chaqueta. Gajes estéticos de traernos una selección del mejor pop guitarrero de las últimas décadas, empezando en la cima con una versión de Pump it up del antes mencionado Elvis Costello. Y partir de ahí la montaña rusa, el cantante no dudaba en mezclarse con el público saltando y bailando, compartiendo estribillos, poseído por el espíritu de un "cartoon" de Chuck Jones. En primera fila respondíamos al frenesí pop sin parar. Entre versiones, temas propios y bailes pogos, el Fuengirola Pop Weekend se acabó para nosotros. Quedaban muchos kilómetros de vuelta para volver a la cruda realidad, pero con energías renovadas.

1 comentario:

GaryGlitter dijo...

QUE BUENOS SON LOS SUMMERS!!!
Los mejores del festival