Sí, en plural los carritos, pues serán muchos los que empujemos y arrastremos en nuestra vida. A primero de septiembre un sonido peculiar nos advierte del inicio del Curso Escolar. No es otro que el sonido que produce el rodamiento de las ruedas de los carritos-mochila, en los que los escolares transportan sus libros y, metafóricamente, ilusiones y esperanzas de formarse para un futuro. Otros carritos jalonarán sus vidas. En un carrito los pasearon por calles y plazas. Vendrá el carrito de madera para jugar, con sus largos brazos, y transportar arena en un imaginario juego de arquitectura, carrito que empujarán. El carrito de la compra lo arrastrarán durante toda su vida al igual que empujarán al carrito de cualquier gran superficie. En otros carritos puede que sean transportados por los pasillos de una gran hospital. Y un carrito servirá para darles el último adiós familiares y amigos.
Tendrán que evitar que los cojan con el carrito del helado y que un carrito del que tira una juez sevillana, con autos y legajos judiciales, no les inculpe de la desaparición del carro más famoso de España.
Toda una vida tirando y empujando carritos.
Por Ricardo Bajo León.
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