Dejando al margen cuestiones políticas, que en verdad sería lo que menos nos debería importar en un concierto de música clásica, el concierto realizado por los músicos alemanes fue espectacular, interpretando piezas clásicas, pero bastante conocidas para aquel que no sea un gran melómano. Me hizo gracia la circunstancia de que en un principio, (supongo que por lo catetillo e inculto que soy en algunas cosas) una vez terminado un movimiento , la gente aplaudía de una manera muy fría. Viendo las caras de unos señores muy mayores, con los cabellos bien blancos, que negaban con gesto de desaprobación los aplausos en cada, pausa supuse que cuando hay que aplaudir es al final de cada pieza. Ya se sabe, en el sur somos así de entusiastas.
Anoche pudimos escuchar obras de J.S. Bach, Haendel y Mozart y en algún momento el violinista solista de la orquesta muniquesa, Sebastian Hamann, se permitió tocar algunas notas de la banda sonora de La Lista de Schindler del compositor John Williams. Fue una noche intensa, de esas que le demuestran auno que para degustar la música clásica no hace falta ser una gran melómano sino dejarse llevar sin prejuicios por las notas que van surgiendo de los instrumentos tocados de manera magistral.
A continuación unas fotos y un fragmento de la actuación conjunta de la Orquesta de Cámara de Munich y Jesús Reina.
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