El mundo es un lugar extraño, lleno de coincidencias, casualidades, o eso podemos creer. Habrá quien se deje llevar por la certeza de que hay manos ocultas que manejan los hilos del destino. O simplemente estamos sumidos en el caos. Y lo curioso es que esta pretenciosa y manida reflexión tiene su origen en Juan y Junior.
Hace unos días escuchando la radio3 mientras conducía me encontré con un programa en el que pude escuchar desde la Niña de Antequera a Mari Trini, pasando por Raphael. Se trataba del programa La curiosidad mató el gato conducido por Carlos Areces y Fernando Navarro. En esa ocasión el invitado encargado de la selección musical era el humorista Millán Salcedo, que como habéis leído anteriormente realizó una sesión de lo más ecléctica. Y entre los temas escuchados, entre risas, anécdotas y los comentarios siempre divertidos de Millán, me gustó especialmente una canción del dúo Juan y Junior, Para verte reír. Un auténtico melocotonazo de pop sesentero, hermosas armonías vocales, lujosa producción, nada que ver con esa imagen que yo tenía de pareja melosa, cursi, que en los años 80, ya por separado, uno paría cada vez temas empalagosos y el otro se convertía en protagonista de la prensa rosa por su matrimonio con Rocío Durcal y los posteriores culebrones familiares. Pero esa canción, cazada al vuelo, me abría las orejas, descubriendo unas intenciones más ambiciosas de lo habitual en la década de los 60 y que ya conocía a través del supergrupo español Los brincos, al que los dos pertenecieron en su primera etapa, tras pasar por los seminales Pekenikes. Y esa serendipia que traza extraños senderos hila que precisamente tras el descubrimiento de esa canción Junior fallezca. A partir de ahí bucea uno por archivos en internet y encuentra grandes canciones, además de una intención estética que parece querer despegarse de la grisura impuesta por la dictadura fascista de Franco, abriendo a la juventud española nuevos sonidos y una forma hedonista de entender el pop. Sólo con darse un paseo por las fotos de Juan y Junior se observa el cuidado en el look. Sí, nuestros padres pudieron ser en ocasiones más modernos de lo que podemos pensar. Buen ejemplo es el siguiente videoclip, o mejor dicho, protovideoclip de la canción Another day. Como otros músicos pop rock de la época, protagonizaron un largometraje para gozo de sus fans, En un mundo diferente, en el que interpretaban diversas canciones suyas dentro del típico argumento romántico. Y pese al tiempo pasado no deja de ser una gran, gran canción y un vídeo con gusto estético dirigido por Pedro Olea.
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