domingo, 22 de enero de 2012

Mirando a las musarañas (54) - Una imagen...

No una imagen, sino muchas son las que se muestran en dos libros que guardo entre los más preciados. Sí, porque al recrearme una y otra vez en sus extraordinarias fotografías me acerco a un pasado inmediato y a otro más lejano en el tiempo, que convivirán siempre conmigo. 

 Cuando estudiábamos los limites y capitales de provincia de España, no llegábamos más allá de saber las principales ciudades y pueblos importantes monumental o demográficamente, quedando relegados los municipios más pequeños, apenas podías saber los de tu entorno más cercano. Eso me ocurrió con Nerja y Frigiliana. Curiosamente supe de la existencia de estos dos bonitos pueblos de la Comarca de la Axarquía, en dos momentos diferentes. A Nerja, que en el tiempo sería el lugar donde inicie mi vida familiar y del que guardo momentos imborrables de su paisaje y de su paisanaje, llegó a mi conocimiento por el descubrimiento de su Cueva.

Supe de la existencia de Frigiliana, con mucha antelación a la de Nerja. Eran los años cincuenta del siglo pasado. Al Colegio de los PP. Carmelitas de Antequera llegó ya avanzado el curso un nuevo alumno, no procedente de los pueblos de la Comarca de Antequera, sino de un pueblo llamado Frigiliana. Después de cuarenta años he sabido el por qué de aquel destino, tan lejano para aquellos tiempos. El alumno que despertó nuestra curiosidad por la tardanza en incorporarse al Curso, se distinguía no por su saber y tesón, que también,  sino por un babero que era de color diferente al que todos llevábamos que era de color "caqui" y el suyo era gris. Al final, una vez más se repite aquello de que el mundo es un pañuelo. A ese alumno rezagado, Antonio Sánchez, me unen estrechos lazos familiares.

 Esos dos libros a los que me refería al inicio, Antequera-Obras maestras-, cuyas magnificas fotografías y textos son de José García-Berdoy Cerezo, me acercan a las innumerables iglesias, palacios y edificios civiles, patrimonio de la ciudad de los Dolmenes. El otro libro que ha llegado a mis manos recientemente, para completar ese binomio de memoria gráfica  lejana y cercana, no es otro que, Tejeda, Almijara y Alhama (Parque natural) del que es autor el frigilianense Sebastián García Acosta,   Con su cámara, nos aproxima  me aproxima, a la flora, fauna y paisaje de ese rincón de la Axarquía. Recrearse en cada foto es un gozo para la vista y para el alma, tanta belleza, con un paisaje urbano en un caso y de la naturaleza en  el otro.




Por eso, una imagen...

Por Ricardo Bajo León

1 comentario:

Unknown dijo...

Acabo de descubrir este blog y los piropos a mi ibro. Muchas gracias y un fuerte abrazo
Pepe Garcia-Berdoy
jgberdoy@gmail.com