domingo, 28 de agosto de 2011

Mirando a las musarañas (33) - Tránsito intestinal.

Hoy en día son numerosas las propuestas que se nos hacen para regular nuestro tránsito intestinal. Tomar determinados yogures, beber agua de tal marca, comer verduras y frutas ricas en fibra y  sobre todo hacer ejercicio de una manera moderada.

Por la profusión de propaganda y mensajes en los medios escritos y audiovisuales, llego a la conclusión de que eso de regular el tránsito intestinal está muy extendido en nuestra sociedad. Pero, desde principio de agosto hasta mediados de septiembre, nos encontraremos en las calles de nuestras ciudades y pueblos innumerables puestos de Opuntia Ficus-indica, lo que vulgarmente conocemos como chumbo. Y quién se priva de comer tan rico manjar bien fresco, pese al transito intestinal: su ingesta nos puede producir el efecto contrario, un atasco intestinal.

El higo chumbo, nopal o tano, de la familia de las Cactáceas aporta a nuestro organismo, vitaminas C y A, azúcares, taninos y pectinas, es bueno para el tratamiento de la diabetes, antidiarreico  y astrigente.


Vienen a mi memoria los pregones que escuchaba en mi niñez, ¡Al rico chumbo! y uno en particular ¡Chumbos de la costa! al que normalmente le respondía un "chusco" ¡Del reloj!. Y es que en Antequera a los pies del Reloj de Papabellotas había numerosas chumberas, y lógicamente el pregonero se surtiría de ellas. No sé la diferencia en el que sean de la costa o del interior. No soy un experto en chumbos, aunque en la vida haya tenido que pelar algún "chumbo" que otro y no precisamente de la familia de las Cactáceas.

Yo pese al transito, al atasco y todo lo demás,  a estas alturas del verano he dado buena cuenta de la ración que puedan atribuirme las estadísticas.

¡Al rico chumbo bien fresco!


Por Ricardo Bajo León

Foto extráida de aquí.

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