Para un vulgar juntaletras como yo es complicado reflejar el calado intelectual y emocional de la conferencia que el artista visual Rogelio López Cuenca ofreció sobre su trabajo de investigación alrededor del crimen de guerra de la carretera Málaga-Almería. Paco Capilla, miembro de la asociación La Volaera de Nerja, organizadora de las jornadas 1937, Nerja en el camino de la Desbandá, señalaba con agudeza cómo sobre esa infamia de nuestra historia reciente y muy próxima en el espacio se había posado una gruesa capa de polvo que silenciaba los trágicos hechos acaecidos sobre la población civil huída. Ahora el viento de la Historia con el trabajo de investigadores de la historiografía como Rogelio López Cuenca, casi en una labor detectivesca de buscar información entre las páginas de los periódicos de medio mundo, documentales de la época y recientes, de recoger los testimonios orales de los supervivientes, de analizar el por qué y las circunstancias que llevan a cometer tal horror y el posterior silencio de la Historia en mayúsculas.
Rogelio López Cuenca, en su primera intervención ya sea como conferenciante o como artista visual en su localidad natal, ante una sala de conferencias del Museo de la Historia de Nerja repleta, con un público que en algunos momentos mantuvo la respiración antes la sucesión de datos y revelaciones, hizo un recorrido por los engranajes de construcción de la memoria, desde el oficialismo opresor hasta la reivindicación oral de las propias víctimas ¿Qué son las memorias de un almirante franquista con sus cinco tomos autopublicados frente al testimonio directo de quien sufrió el terror en una cuneta?
Como final el ponente trazó los paralelismos de las imágenes que fotografiaron los ayudantes del médico canadiense Norman Bethune que con su ambulancia socorría a los huídos en la carretera con las posteriores fotografías que se han realizado sobre conflictos posteriores en las que la población civil huye. Son las mismas miradas, es el mismo caos, el éxodo que no conoce fronteras, Ruanda, Centroamérica, los Balcanes, Vietnam, Palestina, la frontera de Ceuta y Melilla, siempre capturado el horror del que mira hacia atrás observando lo que se deja atrás y la amenaza que le persigue. De ahí que Rogelio López Cuenca trazará un paralelismo entre el pasado y el presente, que la Historia no se escribe por sí sola sino que nosotros somos aún responsable del futuro que se escriba, de nuestra propia memoria colectiva, frente a quienes aún siguen dispuestos a mantener la gruesa capa de polvo y ceniza. Algunos de ellos los tenemos muy próximos. Pero de eso ya hablaré en los próximos días en las redes sociales. Todavía nos quedan más jornadas por delante.
A continuación la conferencia de Rogelio López Cuenca dividida en dos partes.
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