Navidad es alegría, Navidad siempre es amor... Así rezan las primeras estrofas de un villancico. La Iglesia Católica celebra en estas fechas el Tiempo de Adviento, tiempo de espera y de alegría para conmemorar la venida del Salvador, el mayor hito del orbe cristiano. Esa alegría y esperanza nos invade a todos, nos hace ser más solidarios, aunque cada cual en su parcela particular sea solidario los 365 días del año. Pero estas Fiestas invitan a compartir amistad, alegría y un poco o un mucho de esas emociones que llevamos dentro de nuestro ser, y que por desidia u olvido no expresamos con tanta efusión como en estos días.
Cada miércoles, los que compartimos un rato de tertulia, sin saberlo hacemos un acto de solidaridad con los demás contertulios, pues intentamos compartir sentimientos y emociones que sólo podríamos expresar en un ámbito familiar. La reunión o tertulia nos da la oportunidad de llevarlas a otro espacio. Quizás estemos haciendo Navidad, no en este Tiempo de Adviento, sino cada uno de esos miércoles del año, en los que entorno a un velador y tomando un café charlamos de cosas triviales, damos ánimo al amigo que lo necesita, nos reímos, compartimos alegrías y situaciones menos lúdicas.
El escribir siempre es difícil, pero cuando es por encargo lo es mucho más, ya que no sabes si acertarás y cumplirás las expectativas de quién te encomendó esa tarea. Así que me afano en ir escribiendo este pequeño relato con la misma ilusión con la que espero la llegada de cada miércoles, para reencontrarme con ese grupo de amigos y con el murmullo de los que en veladores contiguos disfrutan al igual que nosotros con el buen ambiente de la terraza de la Cafetería El Odeón.
Alguien escribió: Letras, caminos y días dan a las personas sabiduría. Música, yantar y amistad, le dan la felicidad. Gracias por hacerme feliz con vuestra amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario