domingo, 15 de abril de 2012

Mirando a las musarañas (65) - El camarote de los Hermanos Marx.


No todos los días se reciben buenas noticias en estos tiempos en los que se alcanzan los índices más altos de desempleo, la bolsa se desploma, sube la prima de riesgo y por ninguna circunstancia queremos que se nos atribuya cualquier parecido con la nación helena. Un correo inunda de luz mi ordenador: nuestra ahijada ha sido madre de una preciosa niña.

Sube y baja el ascensor del Materno Infantil, completamente lleno de visitantes.  En sus rostros se refleja la alegría. Van y vienen de visitar a sus familiares. En el semisotano se abre la puerta y dos celadores introducen una cama con una joven de hermosa cabellera, es lo único que pude ver. Todos nos empinábamos para satisfacer nuestra innata curiosidad ¿Es una niña o un niño? Se preguntaban todos los ocupantes del ascensor. Nuevamente se abre la puerta del ascensor, salen y entran nuevos visitantes. Un enfermero pide paso, las limpiadoras se acomodan con sus bártulos, intuyo que un administrativo, brazos en alto portando una carpeta consigue encontrar un hueco...

La madre, de la que solamente pude ver su hermosa cabellera, se acordaría de la película, o tal vez no, debía ser muy joven. En el ascensor mucha bulla, como en el camarote de los Hermanos Marx.


Por Ricardo Bajo Léon.

1 comentario:

AL SUR DE GRANADA dijo...

Las escenas de la película, Una noche en la Ópera, es verdad que son comparables con el trasiego de los ascensores del Materno Infantil