Richard Hawley nos conquistó el corazón.

Fuera llovía, y no solo agua, sino malos augurios. El otoño es simple avance de un invierno que se dibuja sombrío y pleno de desesperanza, pero siempre hay motivos para hinchar el motorcito que tenemos en el lado izquierdo. A unos cuantos kilómetros miles de personas jaleaban a 11 personas vestidos de blanquiazul corriendo detrás de un balón, en otro punto a cerca de cuatrocientos se nos erizaba la piel viendo y escuchando a Richard Hawley.

El músico de Sheffield ha logrado el maridaje perfecto entre el rock indie y la música crooner, las baldas y los medios tiempos de tupé. Pero la voz profunda y emocional de Richard Hawley no duda en dejar paso a la garra de la electricidad y la psicodelia, secundado por una estupenda banda. A lo largo de casi dos horas fue desgranando su repertorio centrado en su último trabajo Standing at the sky edg´s.  Canciones de amor y desamor, canciones de puño cerrado, sin olvidar el estado de las cosas, como bien dijo "Don´t let the bastards drown you down" (no dejéis que los cabrones os hundan). Y para el recuerdo quedan esos temas y ese imperecedero The ocean. Magistral.