Málaga ha apostado por un nuevo concepto para atraer el turismo huyendo del tópico de sol y playa. Un triangulo, con las siglas de AMAR, que no son sino las iniciales de Antequera, Málaga y Ronda, triangulo turístico que se formaría trazando una línea entre la capital y las dos ciudades más importantes de la provincia por todo el bagaje cultural y monumental que ofrecen al visitante.
La Málaga de las tabernas de siglos pasados y, en tiempo cercano, destino de sol y playa nos ofrece ahora un amplio panorama de actividades culturales que sirven de atractivo para propios y extraños. En otra entrada comenté que no echamos cuenta de lo que tenemos cercano. Hace unos días tuve la oportunidad de acercarme a un nuevo museo que se une a los ya existentes para ampliar la diversidad de contenidos. Me refiero al del Automóvil, situado en uno de los once pabellones que conforman la antigua Real Fábrica de Tabacos de Málaga (lo que los malagueños llamamos La Tabacalera) en el popular barrio de Huelin, construida entre los años 1923 y 1927, edificios de traza regionalista con elementos renacentistas.
Entre los 96 coches que podemos ver (todos en perfecto estado de conservación y mantenimiento, salvo dos), y que en las visitas de los domingos podemos ver y escuchar con su motores funcionando (y algunos incluso rodando) por el amplio espacio que rodea al museo, se encuentran el más antiguo: un coche que nos recuerda al tirado por caballos, un modelo Winner norteamericano del año 1898 y también el más moderno: el de "Aire comprimido" de 2011, que se encuentra en la sección de Energías Alternativas junto al "Solar World" del año 2007, que funciona con paneles solares. Todos los coches expuestos pertenecerían, por su categoría, al museo de los "Haigas". Ya saben de aquel nuevo rico que compró un coche y no pidió modelo ni marca, sino ¡El mejor que "haiga"!
Con un recorrido por los siglos XIX, XX y XI, nos acercamos a la Belle Époque con un Richmond de 4 cilindros del año 1907, al movimiento Art Deco, a la tradición inglesa con un Rolls Royce y en la sección de Coches Populares podemos ver un Fiat 500 de 1930, conocido como Topolino. Y la participación española está representada con un Hispano Suiza, modelo del año 1920. Completa esta amplia exposición una sección dedicada a los complementos de moda propios del tiempo de los automóviles: bolsos, tocados, trajes y vestidos de Balenciaga, Schiaparelli, Givenchy...
Eché de menos los coches que nos son más familiares, los seiscientos y los primeros Seat. La visita me trajo recuerdos y anécdotas de otros tiempos. En los juegos de mi niñez había uno que en mi pueblo llamábamos Sevilla Eléctrica, no sé el porqué del nombre. Consistía en decir nombres de marca de coches, nombres de películas etc. etc. saltando sobre otro niño agachado. Y el remate, la anécdota sobre el Biscuter, vehículo de cuatro ruedas, desconocido para la juventud y para la guía del museo, que no tenía marcha atrás y fue un anticipo del boom del seiscientos. El propietario de un Biscuter ponderaba sobre sus cualidades ante un amigo, en el transcurso de la conversación le preguntó ¡Y Usted que coche tiene! respondiendole ¡Un Mercedes!, ¡También dicen que son buenos! le espetó el propietario del Biscuter.
En la exposición hay también una "Rubia", coches llamados así por su carrocería de madera de color cerveza. Fueron muy populares en los pueblos por servir de transporte colectivo a la capital.
Hoy para jugar a Sevilla Eléctrica primarían los Toyota, Nissan, Kia, Misubishi...
Y una recomendación: si pueden, no dejen de visitar el museo de los "Haigas". Se alegrarán.
Por Ricardo Bajo León.
Por Ricardo Bajo León.
1 comentario:
Estupendo artículo, D. Ricardo....me ha encantado! Cierto es, que Málaga tiene cultura, hasta 29 museos, por ahora, entre muchísimas y valiosas ofertas y que deberíamos conocer.....Gracias, por descubrirnos siempre un trocito de nuestra historia y por describir con tanto talento, afición y devoción, el Museo del Automóvil; pendiente y deseosa quedo de visitarlo!
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