domingo, 30 de octubre de 2011

Mirando a las musarañas (42) - Halloween o el Don Juan.

Habría que preguntarse la tan manida frase de Hamlet -Ser o no ser, esa es la cuestión- cuando llegamos a estas fechas del otoño en las que desde tiempo inmemorial celebramos la Fiesta de todos los Santos y la de los Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre, respectivamente). Vemos y vivimos en nuestra cercanía cómo esas tradiciones que nos han acompañado durante  toda nuestra vida van perdiendo fuerza ante la injerencia de otras costumbres de allende los mares. Como siempre, nuestra sociedad, tan permeable a todo lo foráneo, y ayudada por el mercantilismo, asume fiestas y costumbres que paulatinamente van arrinconando a las que hasta no hace muchos años formaban parte de las señas de identidad de nuestra cultura cristiana.



Tan lejos, pero tan cerca, aquellos años de mesa de camilla. Hoy, el espacio de nuestras casas es diferente a aquel en el que sentías el calor de un brasero con un poco de alhucema mientras degustabas los frutos de temporada: castañas, membrillos, batatas, nueces y la exquisita compota en almíbar. Nosotros, niños, escuchábamos en un viejo aparato de radio con muchas interferencias el Don Juan Tenorio y, siempre con gran interés, esperábamos que algunos de nuestros mayores nos contaran alguna historia de  miedo en esas interminables noches. Recuerdo, con la emoción de la ausencia de tantos seres queridos, los relatos de mi madre sobre sucesos acontecidos cuando era niña en casa de su abuela, que más tenían que ver con la fábula que con la realidad. Hablaba de fantasmas, de ruidos de cadenas, de un sinfín de cosas que mis hermanos y yo escuchábamos con mucha atención pese a  que aquellos relatos nos produjeran insomnio y miedo e hicieran que retrasáramos la hora de irnos a la cama, por otra parte nada apetecible con el frío de la época.

Luego vinieron los años de la televisión, nuestro hábitat cambió y la mesa de camilla se arrinconó. Había  que prestar atención al sonido y a la imagen de aquel artilugio. Ya no eran posibles los relatos o cuentos de otros tiempos de  nuestros mayores, Don Juan Tenorio no se oía: se veía su puesta en escena por televisión en estas fechas de otoño. Mejor o peor, esa es la cuestión.

Hoy la fiesta religiosa se ha vestido de carnaval. Halloween nos ha invadido.  Mejor o peor, esa es la cuestión.

Quién no ha recitado los versos de Zorrilla, ¿No es verdad ángel de amor?... Yo me quedo con esto o con aquello otro ¡Cuán gritan esos malditos! ...

Esa es la cuestión

Por Ricardo Bajo León.

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