domingo, 5 de enero de 2014

Mirando a las musarañas (154) - Con las manos en la masa.


Hubo un programa de televisión en la década de los años ochenta del siglo pasado ¡Con las manos en la masa!. Este nombre no tenía nada que ver con la frase de ¡Qué no te pillen con las manos en la masa!, advertencia de que en caso de cometer cualquier acción censurable, la masa nos delatara. Esta frase la podemos sustituir por el  latinajo "in fraganti". Volviendo a la televisión, ese fue un programa precursor de todos los que después han venido, teniendo como tema base la cocina, el arte culinario. La cabecera del programa se desarrollaba con la música del dúo Vainica Doble, que hacía un recorrido con una letra pegadiza por los platos más importantes de la cocina española. Tras la suspensión del citado programa apareció un joven Carlos Arguiñano, que hizo y hace las delicias de los que nos acercamos a la pantalla para saber y aprender de una cocina fácil y sencilla, lejos de la "nouvelle cuisine" y de esos platos tan sofisticados, pequeños en el contenido y grandes en el continente, que nada tienen que ver con la cocina contundente de nuestras abuelas.

El Gran Wyoming y Elena Snatonja en Con las manos en la masa.

Hoy proliferan los programas culinarios en televisión. No hay cadena que se precie que no tenga su programa de cocina, tanto en el ámbito nacional, autonómico y local. Ha hecho que ese interés por lo culinario que los  los protagonistas de un programa de cocina sean los chefs. En la cocina se dan muchos galicismos, prefiero decir jefe de Cocina o esa palabra tan sencilla y de toda la vida, como cocinero. Hace unos meses el programa Master Chef concitó una gran audiencia por ver cómo se manejaban en la cocina con platos difíciles y sencillos un grupo de concursantes amantes y aficionados a la cocina.

Lo que antaño era una profesión normal, ahora con el despiporre en el gasto, con dinero ajeno y el esnobismo de nuestra sociedad,  ha hecho que la profesión de cocinero sea una de las mejor remuneradas y que los restaurantes de cinco tenedores y estrellas Michelín estén a la orden del día. Tanto ha calado en nuestro día a día lo culinario que cuando los niños son preguntados qué quieren ser de mayor, nada tiene que ver con las respuestas de antes. Entonces querían ser bombero, policía y las niñas, peluqueras. Luego con el desarrollo vinieron médico, ingeniero y ellas, enfermera o profesora. Nunca falta la de futbolista o bailarina. Hoy todos quieren ser ¡Cocinero!. Para ello además de formarse, más de una vez los cogerán con "Las manos en la masa".  Hoy día de Reyes en muchos zapatos de niños... ¿Habrá una cocinita?

Por Ricardo Bajo León

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